sábado, mayo 20, 2023

Deshabilitar Windows Update de forma definitiva



Al día de hoy no he encontrado una forma nativa de deshabilitar Windows Update. Ese molesto servicio que come recursos durante al menos 10 minutos al inicio del sistema es un verdadero fastidio, sobre todo en equipos con capacidades humildes. Y como tampoco em llama la atención la idea de instalar programar externos para monitorear el servicio de Windows Update, sino que prefiero ahorrar recursos usando una solución nativa, les traigo a continuación una forma sencilla de deshabilitar y terminar de una vez con ese problema.

La solución implica la creación de una tarea programada. Les mostraré paso a paso el cómo hacerlo. Agradézcanme después.



a) Clic en CREAR TAREA.




b) En la pestaña GENERAL seleccionar:

1. Ejecutar con los privilegios más altos.
2. Configurar para: Windows 10.
3. Clic en CAMBIAR USUARIO O GRUPO…




c) En la ventana SELECCIONAR USUARIO O GRUPO haga clic en OPCIONES AVANZADAS.




d) En la nueva ventana, dé clic en BUSCAR AHORA, y baje hasta SYSTEM. Dele doble clic.




e) Haga clic en ACEPTAR.




f) Ahora el usuario debe haber cambiado a NT AUTHORITY/SYSTEM. Esto permitirá que la tarea de ejecute con la cuenta SYSTEM, con los privilegios más altos, y que al mismo tiempo la ejecución no sea visible para ningún otro usuario.




g) En la pestana DESENCADENADORES, haga clic en NUEVO…




h) En la nueva ventana, seleccione los siguientes valores:

1. Iniciar la tarea: AL INICIAR EL SISTEMA.
2. Check en REPETIR CADA, seleccionar 1 HORA, durante INDEFINIDAMENTE.
3. De clic en ACEPTAR.




i) En la pestaña ACCIONES haga clic en NUEVA…




j) En la nueva ventana, seleccione los siguientes valores:

1. Como acción elegir INICIAR UN PROGRAMA.
2. Como programa elegir CMD (también puedes elegirlo con EXAMINAR…).
3. En AGREGAR ARGUMENTOS colocar lo siguiente:
/Q /C "sc config wuauserv start= disabled && sc stop wuauserv"




k) Desmarcar DETENER LA TAREA SU SE EJECUTA DURANTE MAS DE. Clic en ACEPTAR.




l) Dar clic en ACEPTAR en la ventana principal de la tarea.




m) Finalmente, hacer clic en la tarea y proceder a ejecutarla.





Con todo lo anterior hemos programado una tarea que se ejecutará al iniciar el sistema, y se repetirá cada hora deshabilitando y matando el proceso de Windows Update sin que veamos algún prompt y sin que nuestro trabajo sea interrumpido. Al ser una tarea programada, se ahorran recursos del sistema comparado con un programa de terceros, y por ende evitaremos poner en riesgo la seguridad de nuestro equipo exponiéndolo a instalar programas de dudosa procedencia.






sábado, marzo 09, 2019

¿Es realmente necesario el "Día de la Mujer"?


Cada 8 de marzo, a nivel mundial se celebra el Día internacional de la mujer. Así lo reconoce la ONU [1] desde hace ya un buen tiempo. Pero más allá de eso, cabe preguntarnos: ¿es necesario que exista el día de la mujer? Por "necesario" podemos apelar a dos cosas:
  • Un sentido filosófico que, grosso modo, puede entenderse como algo que no puede no ser, no puede no darse, no puede no existir, no puede no suceder. Es decir, la imposibilidad completa y absoluta de lo contrario. En este sentido, el día de la mujer no es necesario, pues bien pudo no haber sucedido, y bien puede no suceder más en el futuro, pues cabe la posibilidad (poco probable, pero no nula) de que deje de ser celebrado y/o reconocido en el mundo.
  • Un sentido coloquial, que refiere a una necesidad, algo que es menester tener o que ocurra para lograr otra cosa. Por ejemplo, para poder reflexionar acerca de las desventajas históricas del sexo femenino respecto a derechos, labores, etc. En este sentido, este día tampoco es necesario, pues se puede reflexionar sobre todo esto sin un día en especial. De hecho, por poner un ejemplo, en las empresas, para analizar los resultados del año, se hacen balances y memorias, y tanto el proceso de elaboración como el de revisión de las mismas dura varios días.
Así, los principales motivos para celebrar el día de la mujer, son total, completa y absolutamente inválidos e irrelevantes. Pero alguien podría objetar diciendo que de todas formas es necesario hacer esta conmemoración por las mujeres, por su condición, su pasado y su futuro. Y sobre todo, por las mujeres que murieron en pos de sus derechos, por lo cual se creó este día. Bueno, esta es una opinión subjetiva y un sentir particular y emocional. Pero, aunque con solo esto ello podría ser descartado de antemano, veamos un poco el contexto general:

¿Cuál es el origen del Día de la Mujer? Si bien la cronología nos lleva a múltiples eventos, este día puede reducirse a dos principales: La instauración del dicho día por parte de la Internacional Socialista en 1910, y el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist en 1911 [2]. Este último hecho es el que le da un empujón tremendo a esta celebración, y el que sirve para pugnar por mejoras en las condiciones de vida de las mujeres. La muerte de muchas mujeres, en un clima de protestas por sus derechos sindicales y el sufragismo, conmocionó a la opinión pública.

Lo que mucha gente no sabe es que en este incendio también murieron hombres. En total murieron 123 mujeres y 23 hombres. Y hasta ahora, nadie se acuerda de estos 23 muertos. Históricamente, han sido invisibles. Y este es un claro ejemplo de la cultura de la desechabilidad masculina, la cual, lamentablemente, muchas mujeres sostienen, en especial las feministas. La invisibilización de los problemas masculinos ha sido una constante histórica, siendo que los problemas y la vida de las mujeres, niños, ancianos y demás, han sido puestas por encima de las necesidades y problemas del hombre, con la venia femenina, para más señas. Caso contrario, este comportamiento sería inútil y hubiera desaparecido hace mucho tiempo. Créanme que los hombres, si bien tenemos, gracias a las hormonas, cierto aherrojamiento y mayor atracción a afrontar el peligro y situaciones riesgosas, no somos adictos a poner nuestra vida y salud en riesgo como si se tratara de un juego.

¿Cómo era la época que dio a luz al día de la mujer? Sin duda, no era la mejor para nadie, a menos que se fuera un burgués. Comencemos desde el principio: La revolución industrial inicia a mediados del siglo XVIII. Ya en 1750, podemos ubicar la mano de obra negra como una de las principales fuentes de la riqueza que permitió ingresar en la era industrial [3] [4] [5]. La abolición del tráfico de esclavos, e incluso de la misma esclavitud, sería una innovación propia del siglo XIX. Ya entrados en el siglo XIX, las condiciones laborales de hombres, mujeres y niños eran deplorables. Los hombres ganaban una miseria. Las mujeres ganaban la mitad del sueldo de los hombres. Y los niños, varones y mujeres, ganaban la séptima parte [6]. Alrededor de la mitad de la fuerza laboral estaba conformada por mujeres, y alrededor de una cuarta parte por niños, dado que estos eran más baratos [7] (esto es lo que pasaría si al día de hoy realmente se le pagara menos a la mujer por ejercer la misma labor que el hombre). Sí, todos estaban jodidos. El salario de un solo hombre no alcanzaba para mantener a una familia. Los niños comenzaban a trabajar desde los 5 años. Y si bien las mujeres tenían un menor sueldo, también tenían ciertas ventajas, relativas para la época, como menores penas carcelarias que los hombres, y no ser expuestas a trabajos tan pesados, como por ejemplo el de la construcción de la vía férrea transcontinental en USA. En ese periodo, cabe resaltar el trabajo de grandes hombres como Francis Place, uno de los artífices de la libertad de asociación, y John Doherty, luchador social y líder de la Asociación Nacional para la Protección del Trabajo, que tenía como objetivo luchar por mejores condiciones para los trabajadores y en contra de la continua disminución de salarios.

¿Eran las mujeres las únicas oprimidas en el mundo laboral? No. Sin duda no lo eran. Hablando desde épocas antiguas, la división tradicional de hombre = trabajo fuera de casa, mujer = trabajo dentro de casa, no es discriminatoria en sí. Remontándonos a la época de las cavernas, era evidente que se necesitaba mayor fuerza para cazar y vencer a los depredadores, y que era menester cuidar a las mujeres, que eran las que podían engendrar nuevos individuos para el grupo social. Al mismo tiempo, la capacidad biológica de comprender a los bebés mejor que los hombres, debido a su mayor empatía, las hacía adecuadas para las labores domésticas. Esta, siendo la primera "división sexual del trabajo", carece por completo de cualquier atisbo de discriminación, machismo y misoginia. La división sexual del trabajo no es ni nunca será violencia contra la mujer ni discriminación alguna. Es simplemente una forma de dividir el trabajo eficientemente.

Conforme avanzamos en la sociedad, la tecnología permite desasir al hombre y la mujer de obligaciones varias. Por ejemplo, el parto en un hospital permite que la supervivencia femenina aumente, y la mujer tenga que preocuparse menos en cómo sobrevivir al momento del parto. El hombre tiene que preocuparse menos de morir a causa de un depredador, pues las armas sirven para cazar y arriesgarse menos, y posteriormente, la ganadería permite disminuir el riesgo al mínimo. Sin embargo, el hombre debe seguir manteniendo el rol protector, y la vida de mujeres, niños y ancianos ha estado por encima de la del hombre promedio. Los niños como regalos de los dioses, las mujeres como magas y madres, los ancianos como sabios a escuchar. Y el hombre promedio, como el burro de carga.

La situación no varió mucho en la revolución industrial, excepto para mal. El hombre seguía manteniendo el deber de protección, y tanto antes como ahora, las fuerzas del orden y los cuerpos de rescate son preeminentemente masculinos. Pero la situación se precarizó a tal grado que las mujeres y los niños tuvieron que salir a trabajar. Se formaron barrios obreros. Hombres y mujeres trabajaban jornadas que a duras penas les daban tiempo para dormir, siendo proclives a enfermedades y a la muerte. Y es este nuevo escenario, donde la gente del campo pasó a convertirse en mano de obra barata para las industrias, es donde el rol de la mujer toma fuerza. Antaño, a una mujer le bastaba con conseguir un buen matrimonio para asegurarse una vida cómoda y tranquila. Sin mucha decisión, pero sin hambre ni penurias tampoco, en lo que cabe. Pero gracias a la revolución industrial principalmente, la mujer pugnó por un lugar en la lucha obrera, en la vida social y política, mayor a solo estar en la casa y cuidar a los hijos. Cabe resaltar que, en las luchas obreras normales, hombres y mujeres participaron lado a lado en pos de mejores condiciones. Pero las luchas obreras femeninas solo pugnaron por los derechos de la mujer, siendo que movimientos dentro de este, como el sufragismo, tenían la visión de que era el hombre el que oprimía a las mujeres. Es decir, mientras que en el caso masculino, la lucha no excluyó en gran medida a las mujeres, y las consideraba compañeras a la par (dejando de lado cosas de poca monta como el dilema del reconocimiento a las mujeres como adscritos formales a las asociaciones obreras, dado que esto no impidió que ambos lucharan juntos ni excluyó a la mujer de la lucha), en el caso femenino la lucha fue contra la burguesía y contra el hombre. Conceptos como "machismo" y "patriarcado", sin tener la misma repercusión que ahora, estaban dentro del ideario femenino. Veían al hombre como el opresor, como el que no las dejaba prosperar, ser ellas mismas. Veían al hombre como el enemigo, y eso ha persistido hasta el día de hoy con las feministas de tercera ola. Una semilla de antaño que hoy ha logrado florecer.

Luego pasó lo de incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en 1911. Si bien las consignas por mejoras sociales fueron válidas en su tiempo, la muerte de 123 mujeres opacó el hecho de que el hombre la estaba pasando casi tan mal como la mujer. Tomemos un caso ejemplar: Años antes, en 1886, en Chicago, muchos hombres fueron ejecutados por las revueltas y protestas en pos de mejoras laborales para todos, entre ellas, la jornada de 8 horas. En conmemoración a ello es que hoy en día se celebra el Día del Trabajo. Sin embargo, las jornadas de 1909 y 1911 fueron sola y exclusivamente para buscar beneficios femeninos (mejoras laborales, derecho al voto, etc.), con la excepción de la pugna contra el trabajo infantil. Un ejemplo más de cómo el hombre ha luchado para todos, y la mujer solo para sí misma. Una forma poco visibilizada de desechabilidad masculina.

Cualquiera podría decir que la mujer tiene derecho a buscar sus reivindicaciones específicas. Bien, pero en ese caso, el que el hombre luche por una mejora para todos lo hace moralmente mejor, porque no solo estaría pensando en sí mismo, sino más allá. Por otro lado, dichas manifestaciones pondrían de manifiesto tanto la precariedad laboral general, como que los hombres del común no veían con buenos ojos la explotación laboral femenina, por lo que la idea del hombre en general como opresor, se cae a pedazos.


¿POR QUÉ (NO) DEBERÍA IMPORTARNOS EL DÍA DE LA MUJER?

Ahora, veámoslo desde otra perspectiva: Los días especiales tienen muchos orígenes. Pueden ser orígenes serios, en su mayoría, como la conmemoración de una desgracia, una victoria, etc. Por ejemplo, la independencia de las naciones. En ella se recuerda la lucha por la libertad frente a conquistadores extranjeros, y a los muertos que lograron ello. Se recuerda el inicio de la vida independiente. Todos estos son elementos serios. Tomemos otro ejemplo: Semana santa. Se conmemora la pasión y muerte de Jesús. Algo serio también. Tomemos otro ejemplo más: Navidad. Se recuerda el nacimiento del hijo del dios cristiano en este planeta. Independientemente de que estas dos últimas cosas no sean reales, el sentido original es de mucha seriedad, al menos para el creyente. Otros días, como el Día de la Raza, también conocido como el Día de las Culturas (que cae el 12 de octubre en conmemoración del descubrimiento de América por parte de Colón), o el Día del Trabajo, también cuentan con un origen serio. Y resulta que todos estos días, en la actualidad, han perdido su sentir original, y son celebrados como vacaciones o cosas pintorescas. Este proceso de banalización es algo normal, sano y natural, pues el sentir y el sentido de un día van indisolublemente asociados con el contexto del evento. Y el contexto de años atrás, se queda en esos años. Ya no estamos en el siglo XIX, donde el trabajo era casi sinónimo de esclavitud a nivel mundial. Ya no estamos en el siglo XVI donde Colón llegó.  Ya no estamos en el siglo XIX donde mataron a muchos trabajadores, ni en el siglo XX donde mujeres murieron en una fábrica. El sentir de pesar, se queda en la época de pesar. Es absurdo y un completo sinsentido esperar que la gente de ahora se sienta como la de hace décadas o siglos, y tome con el mismo sentido y significado algo de antaño, tanto como es absurdo que los latinoamericanos de hoy tengan algún tipo de resentimiento hacia los españoles de hoy por lo que hicieron los españoles de hace siglos atrás a los indígenas de esa época. El pasado, pasado es, y allá debe quedarse.

Y bueno, resulta que no hay motivo alguno para pensar que el día de la mujer debe estar exento de este devenir. Sí, que recordar cuánto hemos avanzado en derechos humanos es importante, pero no se requiere un día en especial para ello. De nuevo, el análisis y las acciones concretas sobre ese tópico, requieren más que un día. No, no es indispensable que exista este día, filosóficamente hablando. Así que, mal que le pese a algunos, no hay porqué pensar que este día deba estar exento de este derrotero. No hay motivo alguno por el cual pensar que el día de la mujer no pueda o deba ser banalizado. Fechas más serias lo han sido, como el día del trabajo, o incluso el día del niño. ¿Por qué no debería serlo en de la mujer? La banalización y pérdida del significado y/o sentido original es un proceso normal y sano para los días especiales humanos. El día de la mujer puede, y debe, ser parte de este proceso.


¿HA SIDO REALMENTE INVISIBILIZADA DE LA HISTORIA LA MUJER?

Un último tópico que se levanta a favor de la existencia y persistencia de la conmemoración seria del día de la mujer es la supuesta invisibilización histórica que ha tenido. Se dice que ha sido segregada e invisibilizada de la historia, la ciencia y la academia en general, mientras al mismo tiempo se resaltan mujeres con grandes carreras y/o aportes a la ciencia, la academia y la historia (contradicción evidente, ojo). Se dice que se le ha impedido hacer ciencia, pero al mismo tiempo se pone el grito en el cielo cuando se dice que la ciencia ha sido construida por hombres (cosa cierta si la discriminación y segregación fuera real en números totales, o al menos en función de la mayoría). Nada más lejos de la realidad. Mujeres importantes han habido en todos los aspectos y épocas [8], desde Hatshepsut hasta Isabel la Católica, desde Olympe de Gouges hasta Emily Noether, pasando por Marie Curie, Lynn Margulis, Leonor de Aquitania (pionera del divorcio) o la sobrevalorada de Ada Lovelace (pues ella no fue, como se suele decir, la primera programadora de la historia [9]).

Por otro lado, es un hecho en bruto que el hombre es el que ha construido el STEM. La ciencia y la tecnología han sido invención masculina. Y esto no se puede atribuir a discriminación machista alguna, pues durante el siglo XX las mujeres adquirieron el derecho de entrar a las universidades. Actualmente, de la universidad se gradúan más mujeres que hombres en buena parte del mundo. Y el 90% de todos los científicos de la historia están vivos al día de hoy [10]. Es decir, las mujeres han tenido cerca de 100 años para formar generaciones de científicas que generen un impacto significativo en la ciencia. Así que no, no hay excusa alguna de machismo o discriminación que valga. No hay justificación alguna para que el STEM sea producto casi por completo masculino, salvo la preferencia y/o la habilidad. Lamentablemente, decir eso, aún con datos en la mano, puede ser castigado por el tribunal de lo políticamente correcto, que poco a poco se incrusta en la labor científica, que debería ser imparcial y siempre atenta a los datos [11].


¿Y ENTONCES...PUEDE CELEBRARSE EL DÍA DE LA MUJER?

¡Claro que sí! Pero no como una necesidad, sino como una celebración. Una celebración, al día de hoy, simplemente por ser mujer, es decir, por ser una hembra homo sapiens, de la misma forma en que hoy se celebra el día del niño simplemente por ser menor de edad. Las reflexiones serias alrededor de esos días, son total, completa y absolutamente irrelevantes, pues como ya dije, las decisiones y análisis importantes requieren más que un día. En el mismo sentido, la celebración del día del hombre sería válida también, pues el hombre ha dado multitud de cosas buenas al mundo, y tiene problemas que deben ser atendidos y recordados por la sociedad y el estado, aunque esto signifique que al final se convierta en una celebración por el simple hecho de nacer como un macho homo sapiens.

Los problemas de hombres, mujeres, niños, ancianos y demás, son importantes y deben ser atendidos. Pero no por ello ameritan un día especial, ni dicho día especial debe ser tomado como inmutable por los siglos de los siglos. El día de la mujer, como la navidad, el día del trabajo, del niño y muchos otros, con el tiempo sufren mutaciones en su sentido y sentir social. Y eso es normal, sano y natural. No por eso las instituciones del estado deben dejar de cumplir su rol de vigilar y mejorar las condiciones de vida de la población. Pero a priori, siendo intelectualmente honestos, y científicamente hablando, no hay motivo alguno para que exista un día de la mujer, como tampoco lo hay para el día de la niña. Como celebración alegórica, vale. Como imperativo categórico, no.


ACTUALIZACIÓN (08/03/2020):

En el 2019 salió el nuevo Estudio Mundial sobre el Homicidio de la ONU [12]. En este, podemos ver nuevas cifras sobre las muertes de mujeres y hombres. Tenemos también los datos actualizados de hombres y mujeres en su sitio de estadísticas [13]. amos a referirnos a este último para tratar un tema que muchas feministas y aliados suelen usar para sostener la importancia del día de la mujer como una fecha de lucha, y no como la celebración que es y que corresponde, siendo intelectualmente honestos. El corolario feminista asegura "nos están matando", "es un genocidio", "nos matan por deporte", "es una epidemia de feminicidios" y demás asertos. Pero, ¿tienen estos algún fundamento en la realidad? NO. Vayamos a las cifras:

Página de estadísticas de la ONU, pestaña:
Other Data → Data on Homicide by Intimate Partner/Family Member

Total de homicidios de pareja o miembro familiar, data nacional (2005 al 2017): 49476
Hombres: 19729 (39.88%) // Mujeres: 29747 (60.12%)

Total de homicidios SOLO de pareja, data nacional (2005 al 2017): 18483
Hombres: 5837 (31.58%) // Mujeres: 12646 (68.42%)

Como podemos ver en los datos crudos, la diferencia en muerte de hombres y mujeres debido a su pareja es menor a la que suelen presentar muchas feministas: Por cada 2.17 mujeres muertas por su pareja hay 1 hombre muerto por eso mismo. Por cada 3 mujeres muertas por su pareja o familia hay 2 hombres muertos por el mismo motivo. Es claro, por ende, que al hombre le va mucho peor en general, pues además de que casi acapara el total de todas las muertes (alrededor del 80%), tiene casi la misma cantidad de muertes por el círculo íntimo, y solo casi la mitad de riesgo de ser asesinado por su pareja heterosexual.

¿Todavía alguien puede seguir creyendo que el hombre es el ser privilegiado que tanto se esfuerzan en presentar quienes promueven la misandria? Pues si esto no les basta, me remito a la ciencia de nuevo: El metaestudio PASK [14]. Según este, el 57.9% de la violencia de pareja es bidireccional y el 42% es unidireccional. De ese 42%, el 13.8% fue de hombres a mujeres y el 28.3% fue de mujeres a hombres.

Hombres y mujeres somos víctimas de violencia. No es una guerra de hombres contra mujeres, no debe serlo. Esto debe ser una de gente buena contra gente mala. Las cifras son claras. El hombre no la pasa mejor en absoluto. Y la tan mentada matanza y genocidio de mujeres, no pasa de una mera opinión sin sustento. No se dejen llevar por el feminismo y la misandria, valga la redundancia.


REFERENCIAS:

[1] http://www.un.org/es/events/womensday/history.shtml

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Incendio_en_la_fábrica_Triangle_Shirtwaist_de_Nueva_York

[3] https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/esclavos_8681/1

[4] https://breviarioculturalmagazine.wordpress.com/2014/04/04/la-revolucion-industrial-el-origen

[5] https://revistas.ucm.es/index.php/ANQE/article/viewFile/ANQE0808110053A/3559

[6] https://acento.com.do/2018/opinion/8533023-la-situacion-laboral-principios-del-siglo-xix

[7] https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/las-condiciones-laborales-de-los-obreros-en-el-siglo-xix

[8] https://www.infobae.com/sociedad/2019/03/08/el-mito-de-la-invisibilidad-de-la-mujer-en-la-historia

[9] https://www.facebook.com/ateismoSTEM/posts/1826566394125100

[10] https://www.xatakaciencia.com/otros/el-90-de-todos-los-cientificos-de-la-historia-estan-vivos-actualmente

[11] https://www.bbc.com/mundo/noticias-47482190

[12] https://www.unodc.org/unodc/en/data-and-analysis/global-study-on-homicide.html

[13] https://dataunodc.un.org/GSH_app

[14] https://domesticviolenceresearch.org/domestic-violence-facts-and-statistics-at-a-glance

jueves, enero 17, 2019

Gillette, o cómo insultar a los hombres en aras del feminismo


Estos últimos días ha causado conmoción un anuncio de la marca de rasuradoras Gillette, propiedad de Procter&Gamble desde hace varios años. Las feministas lo amaron, los hombres en general lo odiaron. Lo normal ha sido una reacción de burla de las mujeres hacia los hombres, tachándolos de débiles, frágiles, potenciales criminales y demás. Una suerte de "o estás con nosotros (y eres bueno) o en nuestra contra (y eres de lo peor)". Es decir, un fanatismo irracional que no permite una crítica lógica, racional ni científica, que no deja espacio para posturas intermedias, mucho menos para considerar que la reacción femenina (y feminista) puede estar errada por completo.


¿Qué es lo que muestra este spot en realidad? No, aunque lo digan una y otra vez, no muestra una positiva lucha contra acciones dañinas. Por el contrario, es una oda a la misandria, eficientemente disfrazada, por medio de un recurso a la emoción (empatía, culpa, deuda histórica y demás), de un llamado a ser mejores personas. En este texto, pretendo dejar claro cómo no solo Gillette ha cometido un acto de misandria y feminismo puro (valga la redundancia), sino cómo las mujeres pueden verse afectadas por acciones así de anticientíficas, irracionales y ajenas a toda honestidad intelectual.

Para empezar, el video muestra una serie de acciones, a su juicio, negativas. Estas acciones se asocian a la masculinidad, así, a secas, la cual es vista como algo tóxico y dañino (pues no se ve en la masculinidad actual -reflejada en el video- algo positivo, sino solo algo malo). Se dice que algunos hombres han comenzado a cambiar (es decir, que casi la totalidad son malos, habiendo pocas excepciones); y termina con una frase que invita a la reflexión acerca del comportamiento masculino, como si se tratara de algo que todo hombre debe reflexionar, como si lo hubiera cometido. Un mea culpa, se sea culpable o no, pues de antemano todos lo serían, con la lógica de Gillette. Es decir, a fin de cuentas, se toma la masculinidad como algo que el hombre debe cuestionarse, por ser dañina a priori. Ergo, el ser hombre termina siendo indefectiblemente algo negativo.


¿QUÉ ES LA MASCULINIDAD?

La masculinidad es el comportamiento del hombre en cuanto hombre. Por ende, va unido indefectiblemente a la biología, que es lo que otorga la calidad de hombre. Un hombre es, grosso modo, el homo sapiens nacido con un cuerpo que tenga caracteres urinosexuales masculinos y cromosomas XY. Es el macho de la especie humana, al que le hemos dado el nombre coloquial de "hombre", de la misma forma que al macho bovino le hemos dado el nombre de "toro" (Bos taurus), y al macho equino el nombre de "caballo" (Equus ferus caballus). No podemos separar a priori la "masculinidad" del hombre, como tampoco la "femineidad" de la mujer. Por ende, un ataque a la masculinidad, a priori, es correctamente equiparable a un ataque al hombre en cuanto hombre, en cuanto macho de homo sapiens, salvo prueba en contra. Es decir, estamos hablando de misandria pura y dura, a menos que quien emite este ataque pueda probar lo contrario. Ello le impone una enorme carga de prueba (onus probandi) que debe solventar explícitamente, y no solo asumir como solventada de forma implícita. Por ende, es totalmente lógico, normal y sano que los hombres, en general, se sientan atacados por una publicidad que incurre en un ataque sexista hacia ellos.


¿SE ESTÁ ATACANDO LA MASCULINIDAD?

Se podría decir que Gillette no está atacando la masculinidad en sí, sino la "masculinidad tóxica" solamente, y que ningún hombre "no tóxico" debería sentirse atacado. Este es un lamentable error de pensamiento, pues solo sería así si:

a) Estuviera probado más allá de toda duda razonable la existencia de la "masculinidad tóxica".
b) Los comportamientos señalados en el comercial fueran objetivamente malos.
c) Estos comportamientos fueran parte de la "masculinidad tóxica".

Y sucede que no es así. El comercial no especifica que los malos son solo algunos hombres. De hecho, la asunción es la contraria: que el grueso de los hombres actúa de forma deleznable. Así, se achaca el comportamiento a la masculinidad general, no al subconjunto que representaría la "masculinidad tóxica".

Sí, alguien podría objetar que todos los hombres tienen masculinidad tóxica, pero esto sería una simple afirmación gratuita, ergo algo descartable desde el inicio, sin perjuicio de señalar que sería una muestra palpable de ignorancia de la teoría de conjuntos, ya que si hay una "masculinidad tóxica" existiría necesariamente una "masculinidad no tóxica", siendo ambos elementos del conjunto superior "masculinidad". Objetar que la masculinidad tóxica la tienen la mayoría de los hombres, no todos, tampoco serviría, dado el alegato feminista de que todos somos machistas en cierto grado, por la socialización inevitable en una cultura patriarcal, etc. Esta postura tendría los mismos problemas de la anterior, además de uno propio: ¿cómo podríamos saber a ciencia cierta si la masculinidad mayoritaria la tóxica, y no la minoritaria? ¿quién decide eso? ¿las mujeres? Porque de ser así, estaríamos en un escenario alucinante: Que estaría bien que una mujer le diga a un hombre cómo ser hombre y cómo ejercer su libre albedrío, pero estaría mal que un hombre se lo diga a una mujer. Estaríamos confirmando un sexismo misándrico ipso facto.


CUESTIONES PRELIMINARES

Analicemos unas cuestiones preliminares. El humano es un ser biopsicosocial. Esto significa que es, primero y ante todo, un animal, un ser de carne y hueso, y eso es lo que prima en todo su ser. Al menos somos 49% biología, según varios estudios y metaanálisis [1]. El 51% de nuestro ser se reparte entre la parte psicológica y la social. Ergo, somos principalmente entes biológicos. La sistematización biológica da origen al plano psicológico. Una mente es totalmente reducible al cerebro y su contenido. De la interacción sistémica de las mentes, surgen los conglomerados sociales. Estos tres niveles se retroalimentan, sin embargo, no hay que olvidar la primacía jerárquica en que están ordenados: Primero la biología, luego la psicología, y luego lo social. Por eso mismo, es imposible refutar algo de índole biológico acudiendo netamente al plano psicológico, ni algo psicológico acudiendo netamente a lo social

Habiendo dejado esto en claro, avancemos con otra atingencia pertinente: La biología es amoral. Una perspectiva moral solo es predicable del plano social. Si existiera un solo ser humano en este planeta, no tendría obligaciones éticas ni morales de ningún tipo hacia ningún otro ser vivo. Bien podría tratarlos como mejor le parezca. No existiría poder que pueda compeler la mente humana a amoldarse a cierto código de comportamiento, o que obligue a considerar determinadas contenciones en el diario vivir. Es decir, el plano psicológico persiste independientemente de ética o moral alguna. Y es así como viven los demás animales. El plano biológico, con más razón, está exento de estas consideraciones ético-morales. La biología trata sobre fuerzas ecológicas, interacciones bioquímicas, ADN y más. Que se de la trisomía 21 no es algo antiético. Que exista alguien que nazca con RH negativo no implica nada a nivel moral. Que un león se coma a una gacela es totalmente ajeno a cualquier consideración de estas índoles. Por ende, si una acción o reacción tiene un origen biológico, esta, a priori, carece de toda carga ética y moral. Es posible asignarle carga ética si es que incide en el plano social, si se acuerda intersubjetivamente en la comunidad donde se vive, pero esta carga será meramente subjetiva, sin valor objetivo ni absoluto, y pasible de rechazarse en cualquier momento, sin mayor justificación, pues dicha carga no pasará de una mera opinión compartida.


ANÁLISIS DEL VIDEO

Ahora que hemos aclarado estas cuestiones previas, analicemos el video a detalle. Primero que nada, recordemos los puntos que harían de este video algo válido:

a) Si estuviera probado más allá de toda duda razonable la existencia de la "masculinidad tóxica".
b) Si los comportamientos señalados en el comercial fueran objetivamente malos.
c) Si estos comportamientos fueran parte de la "masculinidad tóxica".

Comenzaré por el punto B, por ser el más importante a este respecto. En el video hay muchos comportamientos que se señalan como malos. Pero, ¿realmente lo son? Tal vez algunos de ellos sí. Veamos:

Acción #1: El video comienza hablando del bullying, y se lo asocia visualmente al hombre en exclusiva (pues no sale ninguna mujer en esos momentos). El bullying tiene un origen biológico. Sirve para establecer la jerarquía y mantenerla, en el marco de una sociedad estratificada. Es especialmente visible en los chimpancés, pero también en los humanos. Además de esto, tiene la utilidad evolutiva de que, usado contra las hembras, permite una mayor descendencia [2]. Así, la idea tradicional de que "si te molesta tanto es porque le gustas" adquiere respaldo científico. Esto también ayudaría a explicar por qué las mujeres están con hombres violentos, e incluso les dan hijos.

Acción #2: El video continúa hablando del acoso sexual, de nuevo, como si el hombre fuera el único responsable de ello. A fin de entender esto, primero debemos entender qué significa "acosar". Para ello, solo podemos acudir a dos fuentes: La legal, o la lingüística. Como la legal varía de un país a otro, y es una ficción producida por un montón de hijos de vecino denominados "congresistas", que no constituyen un cuerpo académico, sino un conglomerado político, lo intelectualmente honesto es decantarse por una fuente más neutra y erudita como la lingüística. Así, lo correcto es acudir al diccionario de la RAE. La primera acepción es "Perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a una persona". La tercera dice "Apremiar de forma insistente a alguien con molestias o requerimientos" [3]. De ello, podemos ver claramente que el acoso implica una extensión en el tiempo. No se puede hablar de insistencia cuando se trata de algo ocurrido una única vez. No se puede perseguir a alguien sin incurrir en una extensión temporal mayor a un simple momento. Por ende, tenemos que se trata de una molestia extendida en el tiempo. En ese sentido, el acoso sexual [4] es definido por la RAE como "acoso que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona cuando quien lo realiza abusa de su posición de superioridad sobre quien lo sufre". La definición no distingue sexos. Por ende, está mal pensar que el acoso sexual sea el piropo callejero mostrado más adelante en el video (pues es un acto de una única vez), así como asociarlo al hombre por defecto (pues la mujer también puede acosar).

Profundicemos más acerca del mal llamado "acoso sexual". Dejando de lado impresiones subjetivas acerca de este acto, objetivamente hablando lo que tenemos es: Primero, una expresión de soberanía sobre el propio cuerpo. Segundo, un uso de la libertad de expresión, entendida a priori no en forma legal alguna (por lo que interpretaciones legales acerca de la restricción de la misma son inaplicables aquí), sino como la libertad fáctica de poder expresar lo que uno quiera. Tercero, un acto de comunicación. Cuarto, la expresión de un contenido semántico relativo a los atributos de lo observado. Quinto, una intención respecto a la otra persona. Sexto, un determinado tenor en la emisión de dicha expresión. Esos son los elementos constitutivos del "acoso callejero", "piropo" y demás. Ahora que están claramente definidos, podemos pasar a analizarlos.
  • La soberanía sobre el propio cuerpo es algo que no puede restringirse en ninguno de los sexos, so pena de caer en sexismo. La misma libertad que puede argüir la mujer acerca de su soberanía corporal a la hora de vestirse y expresarse como mejor le parezca, la tiene el hombre a la hora de usar sus cuerdas vocales para emitir un aserto. Si se dice que esto no aplica al hombre porque este está usando su cuerpo para invadir el espacio de un tercero, lo mismo se puede decir de la mujer. De la misma forma que podría acusarse al hombre de invadir el espacio de las ondas sonoras alrededor de la mujer, podría acusarse a la mujer de invadir el espacio del espectro visual masculino al vestir con poca ropa. Misma lógica, mismo trato. Si se insiste en que con una cosa se hace daño y con la otra no, cabría preguntarse, ¿cómo se puede afirmar eso? ¿existe una medida objetiva para ello o no? Si se dice que sí, esta debería estar exenta de cualquier subjetividad personal, por lo que cosas como "me intimida", "me hace sentir mal", "me incomoda" no tendrían el menor valor. Si se dice que no, entonces tanto valdría la medida subjetiva femenina como la masculina, haciendo imposible desestimar la medida masculina para ello, cualquiera que esta sea. Solo un hombre podría decir, en este caso, qué le hace daño y qué no, y valdría tanto que dijera que ver mujeres con poca ropa le hace daño, como que la mujer diga que un piropo le hace daño mentalmente. Su cuerpo, su decisión, en ambos casos o en ninguno. Honestidad intelectual, siempre por delante. Por lo tanto, el primer punto no puede usarse para tachar el acto de algo malo.
  • La libertad fáctica de expresión es algo biológico. Tenemos un cuerpo (o mejor dicho, somos un cuerpo), ergo podemos usarlo. Como anteriormente se dejó claro, la biología es amoral y no ética, ergo este segundo punto no puede usarse para tachar de malo el "acoso sexual".
  • El acto de comunicación es un proceso físico, a priori. A posteriori es un proceso lingüístico, y después, y solo condicionalmente, biológico, pues la comunicación puede darse entre dos máquinas (eso es lo que pasa en internet). Se trata de la transmisión de un mensaje codificado en un sustrato físico (ondas, luz, etc.), a través de un medio físico (atmósfera, cables de cobre, fibra óptica, etc.) que involucra a un emisor, y a uno o más receptores. El acto de comunicación, al ser algo físico a priori, y siendo que en sí mismo es ajeno a todo contenido semántico, es amoral y exento de toda dimensión ética. Al igual que con la biología, de la física neta no se sigue obligación ético-moral alguna. De un átomo de carbono no se puede extraer un imperativo categórico. De un quanta no se puede extraer el fin escatológico de la existencia. Un acto de comunicación, en primera instancia, carece de bondad o maldad, incluso en su dimensión lingüística. Se trata simplemente de un proceso de transmisión de información, misma que es medida de acuerdo a lo postulado por Claude Shannon en su Teoría de la Información, desarrollada en los laboratorios Bell hace décadas. El acto de comunicación puede darse entre entes biológicos o no, así que no será necesario, sino meramente contingente, tanto mas cuanto solo en los seres suficientemente inteligentes podría achacársele una dimensión ético-moral, pues solo algunas pocas especies en el cosmos lograrían un desarrollo cerebral suficiente como para formar una dimensión social suficientemente compleja. Así, este tercer punto no puede usarse para tachar de malo el "acoso sexual", a priori ni de forma necesaria.
  • La expresión de un contenido semántico relativo a los atributos de lo observado, o en cristiano, la emisión de un juicio de valor, forma parte de la libertad fáctica (y legal) de expresión y pensamiento. Podemos emitir juicios valorativos de lo que queramos. Como decía Nietzsche, el hombre es el mensure, el ser que todo lo juzga, todo lo mide, todo lo pesa y da valor. Es una prerrogativa psicobiológica, y por tanto, también exenta de todo condicionamiento ético y moral. La mera expresión de un juicio de valor no es algo malo tampoco. Cuando mucho sería un acto de comunicación, y por ende, igualmente exento de parámetros ético-morales. Así, este cuarto punto no puede usarse para tachar de malo el "acoso sexual", a priori ni de forma necesaria.
  • El hecho de expresar una intención respecto a otra persona, a priori, es un acto de comunicación, y por ende, también está exento de condicionamientos éticos y morales. A posteriori, puede indicar un potencial intercurso con la otra persona, lo que implica caer en el ámbito social, donde ahora sí aplican los condicionamientos señalados. Si las intenciones de los otros hacia uno son buenas, no hay forma de efectuar una condena ética o moral. Si son malas, son censurables, sin duda, pero solo serían censurables y rechazables en caso de que impliquen un peligro real y tangible. En este caso, la mera expresión de intenciones no puede usarse para tachar de malo el "acoso sexual". Una mala intención, por el contrario, sí es motivo de censura. Ergo, el problema no es la expresión de una intención, sino simplemente el tener una mala intención, independientemente de cómo sea está definida, siempre y cuando implique un posible daño real y tangible, no subjetivo, imaginario o meramente supuesto.
  • El hecho de tener un determinado tenor en la emisión de una expresión, de nuevo, a priori no es algo malo. Pero como esto es algo que, al igual que lo anterior, incide en el ámbito social, está afecto a la ética y moral. Expresarse con educación y cultura nunca será algo calificable como malo, antiético o inmoral. Expresarse con vulgaridad, es algo censurable, y tan solo malo en cuanto a la efectividad de la comunicación y su valor en la interacción social. Un vulgar será peor visto por los demás que alguien que hable con propiedad. Ergo, el problema aquí es simplemente el tenor de la expresión usada.
Entonces, ¿qué hay de malo en realidad en el "acoso"? Como hemos visto, lo único realmente relevante es si la intención es mala, y la expresión es negativa en toda regla (por ejemplo, vulgar, confrontativa, amenazante, etc.). En el acoso sexual, lo malo es la intención de aprovecharse de alguien haciendo uso de una posición de poder, mediante actos de comunicación donde el contenido semántico de dichas emisiones indique claramente esta intención de coacción en el ámbito sexual, tanto peor si se hace con un tenor vulgar o amenazante. Pero intenciones y expresiones malas las encontramos en muchas otras formas de comunicación, no solo en el "acoso". Ergo, no hay nada en el acoso que sea malo en exclusiva para este fenómeno. El acoso sería una de tantas formas de "comunicación negativa", sin nada en especial en sí mismo, y por ende, nada en específico que combatir. Sería, por ende, un pseudoproblema, una forma falaz de acusar al hombre por algo que no amerita atención especial ni diferente a otras formas de comunicación negativa, como por ejemplo las amenazas directas de agresión física. No sería algo que, a priori, merezca punición carcelaria, sino tan solo una simple reorientación psicolingüística.

Acción #3: Se habla también del movimiento #MeToo. Ese movimiento, nacido en el feminismo, que en un inicio tenía la intención de destapar los problemas femeninos en cierto ámbito, llegó a convertirse en una verdadera cacería de brujas contra los hombres, un auténtico movimiento de misandria. El tema lo he tratado anteriormente en la quinta parte de mi serie "La mentira de la violencia contra la mujer", que recomiendo encarecidamente consultar [5].

Acción #4: Luego se ve a un hombre siendo consolado por una mujer. El mensaje es claro: Un mejor hombre es el que no reprime ni suprime sus emociones. Sin embargo, las cosas no son tan simples. Un nuevo estudio muestra que la supresión emocional ayuda a manejar mejor los eventos negativos, y por ende, traumáticos. La investigación se llevó a cabo en la Universidad de Illinois, campus Urbana-Champaign. En esta, se usó la técnica de MRI para monitorear a 17 individuos. Los resultados han sido publicados en el journal Neuropsychologia. Se comparó la supresión emocional explícita (consciente) con la implícita (inconsciente), y se encontró que ambas reducen la memoria de sucesos negativos, al inhibir la conectividad funcional de áreas que codifican los recuerdos, pero solo la primera es capaz de mejorar el procesamiento de emociones negativas al reducir la actividad de la amígdala, región que ayuda en el procesamiento emocional. Este descubrimiento es especialmente útil a la hora de tratar la depresión clínica, pues los que la padecen tienen menos recursos cognitivos que las personas normales, por lo que la supresión explícita no es una alternativa viable para ellos, pero sí la implícita. Esto también tiene otras connotaciones interesantes: Al día de hoy, el estereotipo masculino es que el hombre debe ser fuerte y no debe llorar. Se le enseña a reprimir y suprimir sus emociones. Dado que biológicamente, por la cantidad de testosterona, el hombre carece del mismo nivel de empatía y sensibilidad que la mujer, y que su canalización emocional es físicamente más rudimentaria, resulta que la crianza tradicional, basada en los estereotipos muchas veces denunciados por las feministas y similares, intuitivamente guía al hombre por la ruta señalada en el estudio. Dado que un hombre normal tiene la suficiente potencia cognitiva para efectuar una supresión emocional explícita, se confirma la validez de la crianza tradicional masculina, al menos a este respecto. Aunque suene extraño, reprimir y suprimir las emociones es algo válido y sano, es la ruta correcta de acción. Por ende, la próxima vez que alguien diga que es irracional, negativo, machista o arcaico decirles a los niños que no lloren y sean fuertes, déjenle saber que dicha forma de crianza es una de las mejores que se le puede dar a un hombre, y que está científicamente avalada [6].

Acción #5: Se muestran escenas de hombres sexualizando a las mujeres, "cosificándolas", y se lo toma como algo negativo. La pregunta es: ¿por qué habría que considerarlo así? Naturalmente los hombres heterosexuales gustan de los atractivos sexuales femeninos, y viceversa. Es algo normal, sano y natural. Lo contrario sería una anomalía, y esta es representada por los asexuales. No se puede pretender que un hombre normal y sano se comporte como una anomalía estadística simplemente porque a algunas personas no les agrada la biología del comportamiento. Pongamos los puntos sobre las íes: Los hombres, biológicamente, prefieren mujeres jóvenes y bonitas. Las mujeres prefieren hombres mayores con alto perfil socioeconómico, según se desprende del estudio "Sex differences in human mate preferences, Evolutionary hypotheses tested in 37 cultures" [7], tal vez el más grande realizado hasta la fecha, con una base de muestra de más de 10,000 individuos alrededor del mundo, recibiendo más de 4,000 citaciones en estudios hasta el día de hoy. Es normal, sano y natural que hombres y mujeres busquen atributos sexuales en el sexo opuesto y gusten de ellos, en toda su extensión. Somos objetos sexuales de los demás, y ello no tiene nada de malo. La mal llamada "cosificación" no es mas que la negativa a aceptar que los humanos somos un paquete de atributos, al igual que una lata de atún en un supermercado. Cuando vamos a un súper, elegimos los productos por su costo, beneficio, calidad, etc. Con las personas es igual. Nos rodeamos de personas que consideramos valiosas, debido a que sus valores, virtudes y forma de ser coinciden con lo que buscamos. Cuando buscamos pareja, buscamos atributos exteriores e interiores. Por eso a muchas mujeres les gustan morenos, a otras blancos, a otras latinos. Son atributos, y podemos escoger. Eso, señoras y señores, es cosificación también, y es lo más normal, sano y natural del mundo.

Acción #6: Se ve también un ejemplo de lo que en el feminismo llaman "mansplaining", que no es más que el genérico comportamiento denominado "paternalismo". El video muestra a un hombre tratando de explicarle a los demás lo que piensa que ha tratado de decir su compañera de trabajo. Se ve a la chica bastante frustrada. Aquí el asunto es muy simple: No hay necesidad de ver algún tipo de violencia contra la mujer, en un comportamiento que les acontece a todos en algún momento de la vida. El paternalismo no distingue de sexos. Por ende, tratar de crear un tipo específico para la mujer, es un sinsentido. Algo resaltable es cuando una mujer intenta ser "maternalista" con el hombre, tratándolo de tonto al explicarle cosas que, a su parecer, no entiende. Eso pasa, por ejemplo, cuando las feministas desean explicarle al hombre cómo ser hombre. Eso se llama "nuevas masculinidades", y lo peor de todo es que son financiadas en muchos países con dinero público. Curioso, e hipócrita por cierto, ese doble estándar: Es violencia cuando sucede de hombre a mujer, pero no lo es en caso inverso.

Acción #7: Se ve también a dos niños jugar a la pelea, y a muchos hombres decir "los niños son niños". Y bueno...es que es así. A diferencia de las mujeres, los hombres tienen una mayor cantidad de testosterona. Aproximadamente entre 8 a 10 veces más [8]. ¡Es obvio que van a ser más agresivos, más violentos! Es algo normal, sano y natural que los animales jueguen a la pelea en su etapa de niñez. Eso sucede no solo con los humanos, sino con otros animales, como los grandes y pequeños felinos. Esos juegos, esas simulaciones de pelea, evolutivamente preparan para una confrontación real en la edad adulta. Es algo biológico, y por ende, como ya dejamos claro, no es posible aplicársele restricciones éticas ni morales. Incluso dejando eso de lado, si los niños pelean, lo mejor que pueden hacer es aprender a defenderse. Un adulto que se limite a evitarle a su hijo las peleas y los conflictos, en lugar de enseñarle a defenderse y enfrentarlos con valor y entereza, le está haciendo un daño muy grave. Huir nunca es la solución a nada. Debemos recordar que una pelea es solo una forma más de resolver conflictos, tan válida como el diálogo o la competencia deportiva. Por ello mismo se crearon los juegos olímpicos. A priori, no hay motivo alguno para ver a mal el tener una pelea. Incluso hay deportes de pelea como el boxeo, y todas las formas de artes marciales. Así, considerando todos lo antedicho, es factible concluir que las peleas no son malas a priori, tanto mas cuanto se usen para la defensa propia o de los seres queridos. La agresividad, en su forma de violencia, o en cualquier otra, es algo inherente, biológico, de tal forma que es inseparable del propio ser. Está bien que los padres enseñen contención, pero ello no debe conducir a la pasividad. Si ante una dificultad le enseñas a tu hijo a huir, no lo estás convirtiendo en un hombre, sino en un cobarde. En el video no se ve una violencia excesiva entre los niños, como para que tengan que intervenir adultos. Se ve un juego inofensivo a todas luces. Aún en el supuesto negado de que ello se tratase de una pelea violenta y peligrosa, el error, y lo que debería cambiarse, es la actitud irresponsable de los padres, que prefieren hacer una parrillada en lugar de cuidar a sus hijos. Y por cierto, ¿las madres dónde están que tampoco cuidan a los niños? Un niño es responsabilidad de dos.

Acción #8: Luego el video muestra a Terry Crews (el musculoso de "The expendables" y del comercial de Rexona) diciendo que los hombres deben responsabilizar a otros hombres. Y se equivoca. Hombres y mujeres deben responsabilizar a los malos, sean del sexo que sean, porque los hombres no son los malos del cuento, y las mujeres no son todas santas palomas. Esto no es una guerra de hombres contra mujeres, y si lo es, no debe serlo. Los criminales son siempre un pequeño, pequeñísimo porcentaje de la sociedad. La guerra es de buenos contra malos. Quien quiera creer que hombre es sinónimo de malo, lo hará por mera misandria, y no con base en la realidad. Y la realidad es que es una aplastante minoría la de hombres malos, y una aplastante mayoría la de hombres buenos, esos que siempre han dado incluso sus vidas por salvar a otros. Parece que esos números no cuentan para algunos.

Acción #9: De allí se siguen varias escenas de hombres actuando como energúmenos (como cuando persiguen al chico), otras actuando como hombres normales (queriendo darle un piropo a una mujer, como padres preocupados por sus hijos en lugar de su parrillada, como padres cuidando de sus hijas pequeñas), mezclando todo en un confuso galimatías visual. El punto es que nada de eso constituye una "masculinidad tóxica". La irresponsabilidad paterna no es masculinidad, es irresponsabilidad personal. El hacer bullying no es masculinidad, es un acto biológico totalmente amoral, propio de personas primitivas, y por ende, infrahumanas. El dar un piropo no es algo tóxico, sino simple libertad fáctica de expresión. Ser vulgar es otra cosa completamente diferente, que nada tiene que ver con la masculinidad.

¿Quieren saber qué sí es masculinidad, la de tipo tradicional? En el video parece que no lo saben. Es comprensible, dado que quien hizo el video es una mujer. En la masculinidad tradicional, al hombre no se le impide llorar. Se le exige que su llanto sea en el momento adecuado, en el lugar adecuado, pues como hombre se suele ser el soporte emocional de nuestras mujeres. En la masculinidad tradicional, el hombre protege con gusto a sus seres queridos, e incluso a extraños. Por eso es que hay muchos videos donde, cuando en la calle una mujer es agredida, quienes la defienden son todos hombres. La mayoría de rescatistas en el mundo son hombres. En la masculinidad tradicional, el hombre no se deja llevar por sus emociones e instintos animales, sino que los controla con aire de caballero. Es masculino el hombre superior, el amo de sí mismo, no el vulgar que dice sandeces en la calle y se comporta como un energúmeno con los demás.

Con esto último, de hecho, abordamos el punto (c). Acudiendo a la realidad, la masculinidad tradicional, la de todos los hombres, la de toda la vida, está compuesta por muchos comportamientos totalmente opuestos a los que se le achacan a la mayoría de hombres en el video. Además, los comportamientos del video, o bien no son nada tóxicos (como los juegos de peleas), o bien no forman parte de la masculinidad, sino de problemas genéricos (generales), no específicos, que pueden afectar a ambos sexos (como el caso del acoso), o bien no son juzgables ética ni moralmente, sino solo excluidos generalmente del comportamiento civilizado por su utilidad negativa actual (como el bullying). Hasta prueba suficiente, no hay motivo para dar por válida la existencia de la "masculinidad tóxica", por mucho que eso pueda molestar a algunos activistas. Y esto, finalmente, abarca el punto (a). Si lo señalado, o no es masculinidad, o no es malo, ergo, no hay elementos achacables a esa supuesta "masculinidad tóxica", ergo tampoco hay motivo para sostener la existencia de la misma.


¿QUÉ ES LO QUE SE HA LOGRADO CON ESTE VIDEO?

Pues muy simple: Se ha retratado a prácticamente todos los hombres como unos monstruos, achacándoles comportamientos nocivos y extremadamente raros, propios de una ínfima minoría de desadaptados; a la vez que se ha satanizado una serie de comportamientos sanos, normales y naturales en hombres heterosexuales, maquinando de esta forma una entidad de etérea malignidad y carente de pruebas denominada "masculinidad tóxica", o simplemente "masculinidad". Se ha dejado de lado el grueso de aportes positivos masculinos a la sociedad, reduciendo la probidad del macho homo sapiens a unas pocas excepciones. Se intenta decirle al hombre que está mal ser hombre, sentirse hombre, actuar como hombre, estar orgulloso de ser hombre, porque ser hombre significa todo lo malo que hay que cambiar. No, el comercial no es un llamado a ser más respetuoso, más compasivo, mejor hombre. Es una satanización del hombre, una generalización absurda, y una culpabilización por cosas que no tienen nada que ver con la masculinidad, por comportamientos negativos que pocos hacen, y por comportamientos normales, sanos y naturales que no tienen absolutamente nada de malo. Es un llamado a arrepentirse de ser hombre, tanto en lo bueno como en lo malo. Un llamado a convertirse en otra cosa. Y como a priori solo se puede ser masculino o femenino, si se pugna por rechazar lo masculino, la conclusión lógica es que se está pugnando por hacer al hombre, femenino. Finalmente, se trata de la vieja dicotomía misándrica: Hombre, masculino = malo // mujer, femenino = bueno. Lo peor es que quienes dicen esto no se están dando cuenta de una cosa: Al atacar a los hombres, al intentar disminuirlos de esta manera, lo único que están haciendo es que se desarrolle un odio hacia lo femenino y hacia las mujeres, pues la exclusión y el ostracismo al que están llevando al varón tiene efectos negativos, y muy peligrosos, bien documentados por la ciencia [9]. Por cosas como estas surgen movimientos como los Incels. Aunque, bueno, curiosamente, quien fundó a los Incels fue una mujer [10].

La violencia contra la mujer no existe. Esa es una falacia y una mentira que ya he desenmascarado hace tiempo [11]. Nadie mata ni violenta a una mujer sola y únicamente por ser mujer, es decir, por ser una hembra homo sapiens con caracteres urinosexuales femeninos y cromosomas XX. Las mujeres son muertas, como los hombres, por mecanismos genéricos de poder, con aplicación según cada sexo, aplicación la cual es total y absolutamente irrelevante para el estudio de las causas. Confundir una aplicación particular con una causa específica es un error que cometen muchas feministas, y que no resiste el menor análisis científico.

No se dejen engañar. Los hombres no son los monstruos que pretende mostrar ese video. Vean a su alrededor. Tienen padres, hermanos, amigos, novios. No son monstruos. No son potenciales violadores ni feminicidas. Todo lo contrario: Si atendemos a los números, serían potenciales salvadores de vidas, de vidas de mujeres. Mujeres como tú. Piénsalo.

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REFERENCIAS

[1] https://www.nature.com/articles/ng.3285
[2] http://www.bbc.com/earth/story/20160822-why-bullying-is-such-a-successful-evolutionary-strategy
[3] http://dle.rae.es/?id=0ZpEHg5
[4] http://dle.rae.es/?id=0ZszPxA
[5] https://reflexiones-irreverentes.blogspot.com/2018/11/mentira-violencia-mujer-5.html
[6] https://medicalxpress.com/news/2018-03-emotional-suppression-memory-negative-events.html
[7] Buss, D. (1989). Sex differences in human mate preferences: Evolutionary hypotheses tested in 37 cultures. Recuperado de https://www.cambridge.org/core/journals/behavioral-and-brain-sciences/article/sex-differences-in-human-mate-preferences-evolutionary-hypotheses-tested-in-37-cultures/0E112ACEB2E7BC877805E3AC11ABC889
[8] Testosterone, Total, Bioavailable, and Free, Serum. Mayo Clinic. Recuperado de https://www.mayomedicallaboratories.com/test-catalog/Clinical+and+Interpretive/83686
[9] https://medicalxpress.com/news/2018-05-social-isolation-brain.html
[10] https://www.bbc.com/mundo/noticias-45355326
[11] https://reflexiones-irreverentes.blogspot.com/2018/12/mentira-violencia-mujer-completo-pdf.html


martes, diciembre 11, 2018

La mentira de la violencia contra la mujer: Serie completa + PDF


La "violencia contra la mujer" es una falacia, una mentira que ha durado demasiado tiempo, y ya es momento de desenmascararla. En este blog he publicado una serie de artículos (7 en total) refutando cada una de las más populares asunciones a este respecto. Dichas asunciones son sostenidas principalmente por quienes adhieren al feminismo, ya sea en organismos públicos o privados, de alcance tanto local, nacional como internacional. Sin embargo, como bien sabe todo aquel que sea versado en lógica y ciencia, la cantidad de personas que crean algo es irrelevante en cuanto al valor veritativo de lo propuesto. O en cristiano: No importa cuantos crean que algo es verdad, eso no lo hace verdad, mas bien lo hace una falacia ad populum o ad numerum.

Si no han leído esta serie, abajo les dejo cada entrega, para que las lean con calma y a su ritmo:
Si desean leer el texto completo, pueden descargarlo en PDF (45 páginas) desde AQUI.

miércoles, noviembre 28, 2018

La mentira de la violencia contra la mujer. Parte 7: Conclusión y posibles objeciones

CONCLUSIÓN



NOTA: Si no has leído el artículo anterior, léelo AQUI.

Hombres y mujeres sufren de muchos tipos de violencia. Es esperable que algunos tipos de violencia sean más ejemplificados por hombres, y algunos otros por mujeres. A la mujer se la viola sexualmente más. Al hombre se lo mata muchísimo más, además de aplicársele muchos otros tipos de violencia en mayor medida. Son dos realidades que debe enfrentar cada sexo, de manera independiente.

Con todo lo que hemos visto hasta ahora, ha quedado claro que los alegatos principales que sustentan la mal llamada “violencia contra la mujer”, carecen de pruebas. La violencia es algo que sufren todos los seres humanos, sean del sexo que sean, y no en razón de su sexo. El sexo no es la causa, cuando mucho entraría en el ámbito de los efectos y las consecuencias, pues cada sexo, cada grupo, e incluso cada persona, vive la violencia de manera diferente, y no por ello eso es un tipo específico de violencia. La diferencia no implica exclusividad, la calidad de especial, único, o la legítima necesidad de diferenciación categorial. Si se va a seleccionar grupos, existen métodos científicos para ello, por ejemplo el Principal Component Analysis, técnica de aprendizaje no supervisado propia del Machine Learning. Teniendo la mejor ciencia a la mano, no caigamos en el error de elevar la subjetividad de algunos a un pedestal, menos aun cuando dicha subjetividad puede, y de hecho causa actualmente, daño a un sexo, simplemente por tener ese sexo. En este caso, el daño lo están recibiendo los hombres. Es hora de dejar el feminismo de lado, y pugnar por una verdadera igualdad, una donde los problemas de todos sean tratados con la importancia que merecen, sin pensar que por el hecho de ser mujer, los problemas son más graves, importantes o urgentes; o por ser hombre, puedes esperar sentado.

Lamentablemente, no hay motivo para creer en la existencia de la llamada “violencia contra la mujer” eso. No hay motivo para aceptar la retórica que la sostiene. Las cifras son claras, al igual que la realidad: Una donde los hombres de todos los tiempos han dado su vida para proteger a la mujer. La "violencia contra la mujer" es una enorme falacia. Una mentira que ha durado demasiado tiempo. Es hora de dejarlo claro, y decirlo con todas sus letras: Al día de hoy, la "violencia contra la mujer” NO EXISTE. Las mujeres sufren problemas que atender y resolver, pero, ni es lo mismo que la “violencia contra la mujer”, ni será posible combatir esos problemas, hasta que dejemos de lado el sentimentalismo y los prejuicios feministas, y nos atengamos estrictamente a la realidad.



POSIBLES OBJECIONES

Objeción: "Estás negando la muerte de X cantidad de mujeres en Z año/periodo/tiempo/etc. Eres un machista y un peligro para las mujeres".
Respuesta: No, simplemente esa cifra es irrelevante, al estar por fuera de un contexto válido. Pon esa cifra en contexto, y verás lo insignificante que es. Las evidencias están allí.

Objeción: "Ese estudio no toma en cuenta X, Y, Z factores, no te puedes fiar de él".
Respuesta: La ciencia se responde con ciencia. Si no te gusta el metaestudio citado, la única forma en que puedes rechazarlo válidamente es hacer un metaestudio que lo refute. Cualquier otra cosa, no pasa de tu opinión subjetiva, ergo, algo inválido e irrelevante.

Objeción: "Negar la violencia contra la mujer es machista".
Respuesta: ¿Y? ¿Qué importa? ¿Qué tiene que ver? Eso no es una respuesta, sino un simple pataleo emocional que no refuta nada. Vuelve con un argumento sustentado en un metaestudio, y hablamos.

Objeción: "Estás minimizando la violencia contra la mujer, todo su sufrimiento y dolor".
Respuesta: No, no lo minimizo, lo niego de tajo. El sufrimiento de las mujeres no es relevante aquí, sino las cifras sustentadas en la realidad. Y la realidad es clara, las cifras lo son. Deja ese sofisma patético para otra ocasión. Las apelaciones emocionales no son pruebas ni argumentos válidos.

Objeción: "Por más que lo niegues, seguirán muriendo mujeres por machistas como tú".
Respuesta: De nuevo, eso no es un argumento, es un simple alegato emocional sin valor, y un torpe ataque personal.

Objeción: "Las estadísticas de X país/lugar/territorio prueban la cantidad de mujeres violentadas, aunque lo niegues"
Respuesta: De nuevo, estadísticas de bajo nivel no son refutación a estadísticas de metaestudios. De la misma forma, las estadísticas de un país no son refutación a las estadísticas globales de un organismo internacional. Si quieres refutar algo de lo dicho, debes traer un metaestudio superior al que refiero, además de estadísticas más importantes y significativas que las emitidas por un organismo internacional de la talla de la ONU, la OMS, o similares.

Objeción: "La violencia contra la mujer no se reduce solo al asesinato por parte de su pareja".
Respuesta: Parcialmente cierto. La mujer sufre violencia, no solo la de pareja, sino de muchos otros tipos. Y no sufre solo violencia física grave, ni siquiera solamente violencia física. El asunto es que ninguno de estos otros tipos y niveles de violencia es realmente clasificable como "violencia contra la mujer" o "violencia de género", puesto que no son de aplicación exclusiva contra las mujeres (sea por parte de los hombres o de otras mujeres); ni tampoco se aplican contra la mujer por su condición de mujer, es decir, de ser humano con un cuerpo que de nacimiento tiene caracteres urinosexuales femeninos y cromosomas XX. La violencia no es exclusiva de un sexo, en su calidad de víctima o victimario. Como ha quedado probado, todos los elementos y causas de la violencia prácticamente no hacen diferencia entre hombres y mujeres, siendo mas bien que el mayor perpetrador de los diferentes tipos de violencia es la mujer, y la mayor víctima es el hombre.