lunes, marzo 22, 2010

Nociones básicas sobre ateísmo

Nociones básicas sobre ateísmo

He realizado este escrito con el fin de ilustrar algunas nociones básicas sobre ateísmo. Muchos no comprenden lo que es en realidad, y otros, de manera peor aún, tergiversan lo que significa, identificándolos con sus ideas preconcebidas que nada tienen que ver con su verdadero significado. Los teístas, en especial los cristianos, creen que el ateísmo es una fe, comparable a su creencia en dios. Nada más lejos de la realidad. También consideran que los ateos son satánicos, que practican rituales sangrientos (en el peor de los casos) o que simplemente son seres sin ningún tipo de valores, ética ni moral (en el mejor de ellos).

Ante todo esto, es preciso abordar de manera relista el problema, de forma que de una vez por todas sea comprensible por lo menos una pequeña parte de lo que constituye el verdadero pensamiento ateo.


1) ¿Qué es el ateísmo?

Es la posición ontológica (e incluso gnoseológica) que afirma la no existencia de dios. No es nada más ni nada menos que eso.


2) ¿Es el ateísmo una creencia o fe?

No, no lo es. Para ser ateo no se requiere tener fe, solo aplicar la lógica, el sentido común y sobre todo el escepticismo sobre las creencias de cada uno, siendo sincero con los resultados que de ello se obtengan, por mas molestos o dolorosos que sean.

No se necesita fe porque en el ateísmo no se cree en nada. Simplemente no se acepta la existencia de dios por inconsistente, así como por falta de pruebas, pruebas en contra, etc. El ateísmo no es una creencia, a lo mucho una ideología que tiene diferentes matices de acuerdo a cada persona.


3) ¿Cuántos y cuales tipos de ateos existen?

Existen varias definiciones de ateos y ateísmo, dependiendo de cada persona. Aún así, hay algunas definiciones generales:

a) Por la forma de su ateísmo:

- Ateos fuertes: Son aquellos que afirman la inexistencia de dios. Realmente son pocos entre los ateos. Su ateísmo tiene la misma base que el de los ateos débiles, añadiendo a eso una objeción de tipo esencial o existencial, sí como histórico-crítica que termina por destruir la afirmación de la existencia de dios.

- Ateos débiles: Son aquellos que niegan la existencia de dios, pero se abstienen de afirmar su inexistencia. Normalmente su ateísmo se basa en la falta de pruebas de la existencia de dios, con lo cual mas que negar su existencia asumen su inexistencia.

- Ateos agnósticos: O simplemente agnósticos. Son aquellos que afirman que la cuestión de la existencia de dios excede los límites de nuestro conocimiento, y que no admiten la vía de la fe, por lo que suspenden el juicio. Normalmente son agnósticos teóricos y ateos prácticos.

- Deístas: Es la idea de que el universo puede (OJO: POSIBILIDAD) haber sido creado por algo, sin especificar si es una creador personal o no, que luego de realizar la creación se desentendió de esta. Es lo que se llama “ateísmo cortés” pues muchas personas se llaman a sí mismas deístas, pero son por completo ateas excepto en ese vago resquicio que llaman principio creativo, que a la larga puede ser cualquier cosa. Ese principio creativo es tan vago e indefinido que muchos pasan rápidamente y sin problemas al ateísmo o al agnosticismo. Por este motivo, a los agnósticos y a los deístas se les conoce como “ateos vergonzantes” (pues son prácticamente ateos, pero al no presentarse como tales no ofenden lo “políticamente correcto”).

b) Por el tipo de negación de dios:

- Ateísmo esencial: Son los que objetan la idea de dios señalando la contradicción interna de sus atributos y características. Al triturar filosófica-lógicamente la esencia de dios, se niega su existencia. Principalmente toman el argumento ontológico como base para atacar la idea de dios, a la que, con razón, califican de pseudoidea.

- Ateísmo existencial: Es aquel en el que la objeción a la existencia de dios se basa en la negación de su existencia por medios tecno-cientificos, demostrando que un ser definido a la manera de dios, por su misma definición no puede existir en el universo físico ni en nada que se relacione con él. También hace énfasis en que la idea de dios fue de desarrollo humano, tomando como prueba los descubrimientos de las ciencias como la arqueología, sociología, etc.


4) ¿Son los ateos satánicos?

No. Los ateos no creemos en dios ni en satanás. Si se supone que dios creó a Satán, la relación es obvia: Sin que exista uno no puede existir el otro. La identificación ateo=satánico se da en el imaginario cristiano, sin embargo dado que no existen pruebas de ninguno de ellos, estas elucubraciones se toman como mera mitología.


5) ¿Tienen valores éticos y morales los ateos? ¿De donde provienen si no es de un referente absoluto?

Los ateos tenemos valores, ética y moral como cualquier otra persona, e incluso más, ya que para nosotros no existe una recompensa celestial que nos espere, por lo que nuestras buenas acciones provienen directamente de nuestro deseo positivo y empatía con la vida. No esperamos premios ni castigos de ultratumba, por lo que somos mas sinceros en todo lo que hacemos, tanto bueno como malo, y asumimos las consecuencias de nuestros actos en este mundo.

El bien, el mal, los valores y la ética tienen diferentes fuentes para cada ateo. No puedo arrogarme el derecho de hablar por todos, pero si puedo decir brevemente mi propio caso. Para mí, hacer el bien no es un imperativo divino, sino algo necesario, una obligación autoimpuesta en las sociedades con fines de autoconservación. Toda sociedad debe mantener la eutaxia (buen gobierno) para continuar subsistiendo. De lo contrario, la sociedad se desintegraría. El hombre no puede sobrevivir si no es en grupos, por lo cual es indispensable desarrollar un código de conducta que satisfaga tanto a la sociedad como a sus individuos. Este código es diferente para cada sociedad a través de la historia, por lo que se ve que no hay valores absolutos, sino relativos al tiempo, el espacio y el contexto.

Al llegar la sociedad globalizada, se hizo necesario un código común de derechos y deberes, lo cual dio como resultado el actual código de derechos humanos. Este, además del común acuerdo de las países miembros se basa en la moral intuitiva que todos (o casi todos) tenemos de forma natural. Esta moral intuitiva es resultado de nuestra evolución biológica, de la cual hay pruebas innegables, y que se ha trazado con precisión. Recientemente se han dado estudios que demuestran que nuestras elecciones más morales se dan sin pensar demasiado, lo cual es un punto a favor de la biologicidad de la misma.

No es necesario un referente absoluto para el bien o el mal, simplemente necesitamos combinar sentido común, razonamiento, empatía y algo de instinto para lograr una ética y valores que lleven felicidad a todos los seres vivientes.


6) ¿Cuál sería una secuencia válida de razonamiento para dilucidar la existencia o inexistencia de dios?

Primero que nada, hay que ser conscientes que lo citado a continuación no se aplica solo al tema de la existencia de dios. Lo que viene no son mas que las reglas mínimas para cualquier tipo de aseveración en una conversación, sea esta de tipo informal, coloquial, formal, filosófico y hasta científico. Lo que se debe saber cada vez que se afirma la veracidad de algo, esperando que sea creído por otros, es lo siguiente:

a) Obligación de Onus Probandi: El que afirma algo en primera instancia es el que prueba. La afirmación “Dios existe” no es cierta automáticamente solo porque el que la dice la crea. El hecho de que se afirme algo no significa nada hasta que se pruebe dicha afirmación. Así, los que creen en dios deben probar que este ente existe antes de tener el derecho de conminar a otros a que crean sus palabras. De no poder probarlo o no querer hacerlo, se puede afirmar que dios no existe sin ningún problema, pues esta solamente sería la comprobación de una verdad evidente.

La fe no cuenta como prueba, así como los testimonios, pues no constituyen pruebas objetivas. Las pruebas presentadas para la existencia de u ser como lo sería dios (necesario, omnipotente, etc.) deben ser extraordinarias y objetivas, jamás subjetivas (como los testimonios o experiencias individuales, pues estas se interpretan únicamente por parte del afectado) o netamente intersubjetivas (como los testimonios o experiencias colectivas sin algún tipo de inspección imparcial). Los testimonios los interpreta cada quien, y por tanto no vale como prueba. Las experiencias colectivas no valen si no hay quien(es) independientemente del sentimiento y las conclusiones del grupo sea capaz de evaluar la experiencia desapegada a los matices propios que una experiencia produce en los que creen en algo de antemano. Tener fe en algo anula el valor de la descripción de la experiencia, e incluso el valor de la experiencia misma, pues quien pone fe en algo acomoda todo lo que vive a esa creencia.

b) Identificación del principio creativo con el dios elegido: El dios probado en la primera fase no pasaría de ser un mero “principio creativo”, pues no es hasta que se identifica con una deidad concreta y se definen claramente sus atributos que se puede afirmar su existencia. Antes de eso, lo que se consigue probar con el primer punto es “algo” que creo lo existente, pero este “algo” aún es tan abstracto que bien podría tratarse de un ente personal, una energía amorfa, una “conciencia cósmica” o una mera fluctuación de energía.

De no poder probarse este segundo punto, lo único que se conseguiría sería introducir en la ecuación universal a una fuente de energía, que bien podría ser una fuente de estudio científico, y por qué no, en un futuro podría usarse ésta como una fuente de energía para el consumo humano.

c) Definición correcta de sus atributos: Una vez probado que existe un principio creativo (asumiendo únicamente por fines de comprensión que esto se pueda hacer) y que se identifica con la deidad elegida, ésta debe definirse con claridad. Sus atributos no deben ser contradictorios, y no debe violar las leyes de la ciencia. Esto es muy importante, pues un dios que viole la física por ejemplo, con su infinito poder podría causar un derrumbamiento de vacío cuántico, y con un solo movimiento acabar con el universo.

De no poder probarse este punto, o de darse atributos imposibles o contradictorios entre ellos mismos (contradicción interna) o entre ellos y la existencia del universo (contradicción externa), la existencia del dios elegido sería un objeto de crítica del ateísmo esencial principalmente, así como del ateísmo existencial. Al ser imposible la esencia de dios, este no puede existir (objeción esencial); la deidad definida, al ser incompatible con la existencia del universo y las leyes que rigen el comportamiento de la materia y energía del universo, así como de todo lo existente (estando compuesto también de energía de algún tipo) se deduce que ésta no puede existir.

d) Relación de la deidad elegida con sus libros sagrados: Se debe probar que existe una correlación positiva entre el dios elegido y los libros sagrados que se aducen de su autoría. Esto no puede hacerse por fe, pues como se ha mencionado antes, la fe es mera creencia subjetiva sin fuerza probatoria.

e) Veracidad histórica de los libros sagrados: Los libros sagrados deben relatar con exactitud fechas y sucesos del pasado y del futuro. La historicidad de los libros sagrados es casi tan importante como sus profecías. Un libro lleno de falsedades históricas no puede ser confiable en absoluto, y no tiene fuerza de ningún tipo para obligar a nadie, n siquiera para sugerir que se le deba tener alguna consideración, atención o respeto.

Un libro cuyas profecías no se cumplen no puede ser inspirado por ninguna deidad. Aunque sus profecías se cumplieran, podría darse el caso de que existan otros cuyas profecías también se cumplan. Entonces surgiría una paradoja: ¿Serían todos aquellos libros ciertos, y por tanto inspirados por el mismo dios; o habría otro poder, maligno o no, involucrado?

En caso de que la primera opción fuera la correcta, sería imposible que hayan sido inspirados por el mismo dios, pues no hay garantía de que todos ellos digan lo mismo (es más, es casi imposible).

Si fuera cierta la segunda opción, entonces el poder de la profecía no sería exclusividad del dios elegido, lo que deja la puerta abierta a una interpretación para muchos escalofriante: ¿Cómo saber si la religión y los libros sagrados que rigen una creencia son realmente inspirados por la deidad que se supone adoran? En el caso de los teístas, en especial de los cristianos esto es especialmente grave, pues una fe errónea resulta en una condena eterna.

f) Desligamiento histórico y socio-cultural: Tanto la deidad como los libros sagrados atribuidos a ella deben estar desligados del contexto histórico y socio-cultural del pueblo que cultivó originalmente la religión que los utiliza como referentes divinos. Si la deidad elegida tiene parecidos muy grandes con el temperamento de los dirigentes del pueblo, su comportamiento se encuadra en la justificación de acontecimientos históricos acontecidos al mismo, justifica las victorias y desgracias de dicho pueblo al estilo de todo un dios tribal, se usa para mantener el poder y la supremacía ideológica y política sobre el pueblo mismo (derecho divino de gobierno) y sobre otras poblaciones (dios de batalla, patrón de los ejércitos, bendecidor de conquistas las cuales son justificadas por razones divinas), que cambia de acuerdo a los periodos históricos y los periodos de guerras, conquistas propias (que un conquiste) y ajenas (que lo conquisten a uno), y que en conjunto reivindique el nacionalismo y la superioridad de un pueblo como poseedor de algún tipo de verdad trascendental exclusiva, estamos ante la imagen inequívoca de un dios inventado.

Si el(los) libro(s) sagrado(s) en cuestión justifican el comportamiento de este dios que se descubre inventado, no narra con exactitud los acontecimientos históricos, y sus profecías no se cumplen sin necesidad de reinterpretación previa, estamos frente a un (conjunto de) libro(s) sagrado(s) inventado(s).


Espero que estas puntualizaciones ayuden a arrojar luz sobre las verdaderas ideas del ateísmo, y que se acabe la desinformación que reina en las sociedades, las cuales apoyadas por las diferentes iglesias y cultos cristianos, difunden mentiras y tergiversaciones que afectan la imagen de los ateos.

En última instancia, lo único que queremos es que se nos deje vivir en paz, así como que se respete el derecho de cada quien a expresarse a favor o en contra de una idea, y a hacer activismo conforme a ello, y que se entienda que atacar una idea no significa atacar a las personas que las creen correctas. Las ideas, por más importantes que parezcan, no son inmunes a la crítica y al debate, por lo cual, no existe ninguna obligación de parte de nadie de respetar las ideas que consideran incorrectas, mas aún si estas afirman cosas incomprobables, imposibles y que dañan a la sociedad, como estimo es el caso de la creencia en dios.

Los creyentes de todas las religiones han tenido miles de años para probar sus afirmaciones. Ahora tenemos el derecho de propagar nuestras ideas como ellos alguna vez propagaron las suyas, a modo de hacer un equilibrio en el plano ideológico que fomente el pensamiento crítico, la duda y la investigación honesta de parte de cada persona en el mundo.

miércoles, marzo 03, 2010

La mayoría moral protestante se acerca a su fin en Estados Unidos

Tendencias21

Las afiliaciones religiosas de los estadounidenses son muy diversas y extremadamente cambiantes, señala la U.S. Religious Landscape Survey, realizada por la organización The Pew Forum on Religion & Public Life, dedicada a promover una mayor comprensión de las relaciones entre la religión y los asuntos públicos en Estados Unidos.

La propia organización ha hecho público un comunicado que recoge los datos clave generados por la encuesta, realizada a escala nacional entre mayo y agosto de 2007.

En total fueron encuestados más de 36.000 adultos norteamericanos, en una considerable labor de indagación en las creencias de la población que reveló, por ejemplo, que más de una cuarta parte de los norteamericanos adultos (el 28%) ha abandonado la religión en la que se ha criado para adscribirse a otra religión o para no profesar ninguna religión. Si se incluyen en este grupo los adultos que abandonaron un tipo de protestantismo por otro, el porcentaje ascendería al 44%.

Por otro lado, la encuesta señala que un 16,1% de la población norteamericana no comulga con ninguna fe particular. Entre los jóvenes, esta proporción aumenta, dado que una de cada cuatro personas de edades comprendidas entre los 18 y los 29 años afirma no estar adscrito a ninguna religión.

Protestantismo fragmentado y catolicismo a la baja

La encuesta confirma que un 51% de la población estadounidense se considera protestante, aunque este grupo está marcado por una fragmentación y diversidad internas significativas, que comprenden cientos de denominaciones distintas y más o menos cercanas a tres núcleos: las iglesias protestantes evangélicas (a las que se adscribe el 26,3% del total de la población adulta), las iglesias del protestantismo moderado (con un 18,1%) y las iglesias protestantes a las que históricamente se han adscrito los afroamericanos (el 6,9% de la población).

Por otro lado, el catolicismo ha sido el que mayores pérdidas ha sufrido como resultado de los cambios en las afiliaciones religiosas de los norteamericanos. Mientras que uno de cada tres americanos (el 31%) ha crecido en la fe católica, hoy día sólo uno de cada cuatro (el 24%) se describe a sí mismo como católico.

Además, aproximadamente un tercio de las personas que contestaron a la encuesta, y que habían crecido como católicos, no se describieron a sí mismos como tal.

Estas pérdidas serían aún más pronunciadas de no ser por el impacto compensatorio de la inmigración ya que, entre la población adulta nacida en el extranjero, los católicos casi doblan en porcentaje a los protestantes. Entre los cristianos norteamericanos también se incluyen un 1,7% de mormones, un 0,7% de testigos de Jehová, y otros grupos cristianos (0,3%).

Ateísmo, agnosticismo y competitividad

En el grupo de personas que no se declaran adscritas a ninguna religión particular (el 16,1% de la población) también se produce una marcada diversidad. Aunque una cuarta parte de este grupo está formado por aquéllos que se describen ateos o agnósticos (1,6 y 2,4% de la población respectivamente), lo cierto es que un 12,1% de la población general simplemente señala que no sigue ninguna religión concreta.

Pero incluso las religiones menos importantes de Estados Unidos reflejan una diversidad interna considerable, señala la encuesta. Por ejemplo, la mayoría de los judíos (el 1,7% de la población adulta global) se identifica con uno de los tres grupos principales: judíos ortodoxos, conservadores o reformistas.

En el caso de los budistas (0,6% de la población general) ocurre algo parecido: el porcentaje se reparte entre el budismo zen, el budismo theravada o el budismo tibetano. Los musulmanes (0,6%) son suníes o chiítas.

Además de la diversidad, también se da un movimiento constante en lo que la encuesta denomina “el mercado religioso americano”. Los grupos religiosos principales simultáneamente ganan y pierden seguidores. Y los grupos pequeños también reciben y pierden adeptos en mayor o menor medida.

La escena religiosa norteamericana es dinámica, informa la encuesta y, al parecer, también está condicionada por las edades de la población: por ejemplo, más del 60% de los norteamericanos mayores de 70 años son protestantes, pero sólo el 43% de los norteamericanos de entre 18 y 29 años también se declaran protestantes. Según el informe, si este patrón generacional persiste, el protestantismo seguirá perdiendo adeptos en los próximos años. Por esta razón, la revista TIMESONLINE comenta al respecto del protestantismo que los días de la “mayoría moral” protestante Americana se acercan a su fin.

Otros datos

Algunos datos más revelados por la encuesta señalan que los hombres tienden mucho más que las mujeres a señalar que no se adscriben a ninguna religión (uno de cada cinco, frente al 13% de las mujeres), y que un 37% de los matrimonios están formados por individuos de religiones distintas.

De entre los principales grupos raciales y étnicos de Estados Unidos, los afroamericanos son los que más tienden a señalar una afiliación religiosa concreta.

Por otro lado, en contraste con el islamismo y el hinduismo, el budismo en los Estados Unidos es seguido principalmente por gente nacida en el país, en concreto, americanos blancos que se convierten.

Los testigos de Jehová son los que menor tasa de retención disfrutan, porque sólo el 37% de las personas que dijeron haber crecido como tales se siguen identificando con esta religión en la edad adulta.