Titulo:
Galileo Was Wrong: The Church Was Right
Volume I : The Scientific Case for Geocentrism
Autores:
Robert A. Sungenis, Ph.D.
& Robert J. Bennett, Ph.D.
En este libro, los autores exponen lo que consideran pruebas y evidencias científicas que demuestran la veracidad del geocentrismo. Para tales efectos, apelan a los descubrimientos de la ciencia en los últimos cien años, los que a su parecer constatan el geocentrismo como el modelo cosmológico más acertado y estable, así como el que mejor responde nuestras preguntas. Además de ello, este libro recoge la discordia entre Galileo y la iglesia, haciendo una evaluación de los argumentos de ambos, que si bien es convenientemente mencionada, no es para nada imparcial, al darle a la iglesia la razón en última instancia al apelar a las escrituras como fuente última de la verdad.
De más está decir que el geocentrismo es una hipótesis inviable y demostrablemente falsa, la cual solo es defendida por un grupúsculo que, frente a toda la evidencia en contra, prefiere cerrarse a la verdad e inclinarse en reverencia ante la sinrazón que reconforta sus almas.
No vale la pena detenerse demasiado a analizar los argumentos expuestos en el libro, sin embargo es conveniente dar algunas pistas acerca del contexto y la finalidad de éste. En primer lugar, se inscribe dentro del ámbito de la apologética, la cual, en pocas palabras, es el conjunto de argumentos que pretenden justificar la existencia y acciones de la divinidad y la autoridad de una religión como representante de dicho ente. De esta forma, vemos desde el principio que este texto carece de una verdadera base científica, la cual se inscribe en un marco positivista-naturalista y empirista, valiéndose de métodos y metodologías que presuponen únicamente los fenómenos materiales para su desarrollo. Dado que la ciencia se dedica a los objetos y relaciones del universo y todo o material (físico), pues es lo único que puede estudiar, no es posible estudiar un ente sobrenatural trascendental, que por ende no sería afectado por las mismas. Así, un ente sobrenatural no puede incluirse en ningún programa de estudio científico serio ni en ninguna hipótesis, y viceversa, cualquier hipótesis que incluya a un dios en su explicación no puede ser científica.
Solo tomando en cuenta lo anterior, es evidente que este libro no es de ciencia. Por si fuera poco, pretende vendernos la idea de que los hechos científicos de los últimos cien años respaldan sus extravagantes afirmaciones. Con sus dos volúmenes: “Galileo Was Wrong: The Church Was Right Volume I: The Scientific Case for Geocentrism” y “Galileo Was Wrong: The Church Was Right Volume II: The Historical Case for Geocentrism”, esta obra pretende continuar con la labor realizada por milenios por la iglesia católica de reescribir la historia a su propia conveniencia.
En el sitio de Catholic Apologetics Internacional (http://www.catholicintl.com) estos libros se venden como la justificación de la iglesia para el juicio de Galileo, diciendo que al final la iglesia tenía razón, solo que las pruebas no estaban disponibles en ese momento. Señalan también que el modelo geocéntrico es el más estable y científicamente comprobado, y que es el único capaz de explicar apropiadamente el universo. ¿Qué decir ante esto? Bueno, en realidad la pregunta en realidad sería ¿qué no decir?
Ante una proposición tan falta de justificación científica, sino de sentido común, podrían decirse miles de cosas, levantarse ingentes cantidades de argumentos y todas las pruebas de que disponemos que confirman la esfericidad de la Tierra. Pero , si uno lo piensa bien, ante tal mezcla de desfachatez, pseudociencia e hipocresía fideísta no puede responderse otra cosa que no sea un absoluto y sepulcral silencio. ¿Quién es su sano juicio negaría las evidencias obtenidas por la cosmología moderna y se inclinaría ante la añoranza de los dogmas del pasado? La respuesta es obvia: Aquel que no es capaz de vivir una vida sin un sentido trascendente. ¿Y quién es este tipo de persona? Aquel que de no ser por el sustento austero de su fe, sería un pesimista sin coraje para rebelarse al mundo tal y como es.
Quien pone delante de los hechos y las pruebas sus propias opiniones, e intenta hacer que las primeras encajen con la segunda no puede llamarse realmente un científico. Los autores de estos libros son “científicos” de este tipo. De la misma forma que hacer algo que nos disgusta hace que lo hagamos mal, quienes se dicen creyentes no pueden ser científicos sin dejar a un lado sus creencias y aceptar las pruebas vengan como vengan. Los “científicos creacionistas” y los del “diseño inteligente” son de este tipo. Son profesionales de la apologética disfrazados de científicos. Lo que menos quieren es que las evidencias contradigan sus creencias, por lo que, haciendo gala de no poseer grado alguno de honestidad intelectual, intentan conectar los vacíos de la ciencia con las simplezas de la fe. Reemplazan la incertidumbre y el ansia de conocimiento con la banal satisfacción del que, habiendo hecho poco o menos que eso, da finalmente todo por hecho. La satisfacción que produce la culminación de una labor no es el verdadero sentimiento de la ciencia ni de ningún científico que se respete. Un científico de verdad no busca respuestas trascendentes, sino explicaciones naturales, coherentes y reales. Ningún científico que considere que se ha descubierto todo lo que tenía que saberse sobre algo está realmente calificado para definirse como tal.
Si en verdad todos los datos científicos de los últimos 100 años sugieren que la “hipótesis” geocentrista es correcta, ¿Cómo explicar que nadie lo haya advertido hasta ahora? ¿Cómo explicar que los más eminentes científicos del mundo no se hayan tomado la molestia de echar una mirada a tan maravillosa idea y las avasalladoras pruebas que la respaldan? ¿No será que dichas pruebas no existen? Quienes se han planteado esta cuestión responden sin rodeos: “La ciencia rechaza a Dios, porque es atea e impía”, “Hay un acuerdo secreto entre todos los científicos del mundo para no permitir que la explicación bíblica no entre en terreno científico”, “Se quiere sacar a Dios de la sociedad”, etc. Al margen de todas las teorías conspirativas e infundadas ideas sobre la malvada naturaleza de los científicos contemporáneos, hay que decir que en realidad no hay prueba alguna de estas proposiciones. Las ideas de persecución divina corresponden mas bien a siglos pasados. Descaradamente, pretenden hacernos creer que somos los incrédulos y escépticos quienes perseguimos a los creyentes, cuando mas bien es al revés, y muchos que descreen de todo tipo de fe son ahora hostigados, coaccionados, manipulados y perseguidos por las instituciones y organismos que supuestamente son los encargados de llevar la paz al mundo.
¿Por qué habríamos de tolerar esto? ¿Por qué soportar el asedio constante e implacable de todos los poderes eclesiásticos, tanto en la vida pública como en la privada? ¿Por qué no poner en su lugar a quienes cree que se puede jugar con la ciencia y hacer pasar por objetivo y veraz algo que no pasa de ser una simple creencia infundada? Los autores de este libro quieren hacernos creer esto, e intentan que el mundo vuelva a las edades oscuras, donde la palabra de la iglesia era infalible, y su brazo, todopoderoso. La justificación científica de los relatos de la Biblia debe darse, si es que desea hacerse, e el campo abierto de la confrontación intelectual, donde se pondere la verdad con base en las pruebas y los hechos, en lugar de los milagros y las creencias arcaicas sin sustento.
Excelente articulo!...
ResponderEliminarAl paso que vamos pronto debemos de tener cuidado cuando vamos en barco para no caernos por el borde de la tierra…
Es indignante que en plena modernidad nos quieren regresar al oscurantismo. Es igual de indignante que esos grupos de gente intolerante, ignorante y sectaria esté haciéndose de poder y recursos para regar la ignorancia y el fanatismo en todo el mundo. Pero en fín. Yo creo que esos pseudo científicos están mas interesados en el premio Templeton que en divulgar sus estupideces, es el consuelo que me queda
ResponderEliminarWow, el diseño del blog es genial...
ResponderEliminarEl contenido del mismo es herejillo, pero el envase?
Genial...
:]
Hola a todos! Al fin puedo poner un comentario. Este bsistema de blogger es absolutamente bizarro...en fin.
ResponderEliminarCiertamente los apologetas ya no saben que inventar. No solo eso, hyan y siguen haciendo la guerra a la ciencia y al conocimiento basado en evidencias. ¿Qué vendrá en el futuro? ¿Tal vez una cruzada al estilo talibán para forzar al mundo a reconocer a Jesus como su señor y salvador?...Perdón, eso ya lo hicieron.
Saludos
Hola, primera vista por aquí y la verdad me gustó mucho el artículo, me siento tan identificada.
ResponderEliminarSé que la mayoría prefiere dejar su cerebro en su empaque original a estrenarlo algún día, contrariamente a lo normal, el cerebro, mientras más se use, más aumenta su valor.
Uno creería que ciertos argumentos y "pruebas" son tan ilógicos que no son tomados en serio e incluso arrancan alguan risa, pero es decepcionante ver que en verdad hay gente que no sólo lo cree si no que lo transmite como verdad abosluta y uno no sabe si reír o llorar al escucharlo.
Saludos
Hola Marcia (et al). Tu comentario es muy acertado. Dejar el cerebro sin estrenar es muy peligroso. Debemos tener la mente abierta y no cerrarnos ante los descubrimientos científicos. Siempre debemos ser escépticos y aceptar lo que digan las pruebas, y no poner la fe por delante de las mismas. Como dijo Richard Dawkins: "Debemos tener la menta abierta, pero no tanto como para que se nos salga el cerebro".
ResponderEliminarTu blog es excelente, muy fresco y original. Desde ya estás en mis enlaces favoritos.
Saludos.
En mi opinión el hecho de que la Iglesia se equivocará a la hora de interpretar el Antiguo Testamento de forma literal no invalida la fe católica en su conjunto. Juan Pablo II ya pidió perdón por los errores de la Iglesia. Pero es que la Iglesia era el poder dominante y en el poder siempre hay corrupción. Gente que se equivoca y gente mala la puede haber siempre dentro y fuera de la Iglesia. Está claro que la Tierra no es el centro físico del universo pero todo eso hay que entenderlo dentro del conjunto histórico de la época. El fanatismo religioso no invalida la existencia de Dios. Que haya gente que se porta mal en nombre de Dios no invalida que Dios es Amor y Bondad. Si el materialismo filosófico fuera cierto los seres humanos seríamos sólo un conjunto de células y por lo tanto estaríamos determinados al cien por cien por las leyes de la física lo cual querría decir que no somos libres y por lo tanto que el sentiodo de bueno y malo es absurdo pero todos tenemos una conciencia del Bien y del Mal. Para vosotros La Iglesia es Mala por lo que ya hacéis un juicio moral. El ateísmo no tiene sentido porque implicaría que nada es bueno o es malo pero eso es imposible porque todos hacemos juicios morales sobre los demás (vosotros demonizáis a la Iglesia)
ResponderEliminarLos anonimos tambien tenemos derecho de palabra D:
ResponderEliminarJajaja cierto! El anonimato es respetable, aunque con todos lo que persiguen a los ateos-agnósticos-escépticos-anticristianos-irreverentes pos la precaución no está de más.
ResponderEliminarMe encantó el artículo, no sólo por dejar el librillo por lo que es, sino también por la reflexión final de "La justificación científica de los relatos de la Biblia debe darse, si es que desea hacerse, e el campo abierto de la confrontación intelectual, donde se pondere la verdad con base en las pruebas y los hechos, en lugar de los milagros y las creencias arcaicas sin sustento."