Se conoce como “Apuesta de Pascal”
a lo expuesto por el filósofo y matemático Blaise Pascal, en su obra “Pensamientos”.
Esta apuesta versa sobre la ventaja de la creencia en el dios cristiano por
sobre el ateísmo, asignando una probabilidad a casa caso, mediante la suma de
las cuales se concluye que creer en el dios cristiano es el mejor rumbo a
seguir.
Literalmente, Pascal nos dice:
Usted tiene dos cosas que
perder: la verdad y el bien, y dos cosas que comprometer: su razón y su
voluntad, su conocimiento y su bienaventuranza; y su naturaleza posee dos cosas
de las que debe huir: el error y la calamidad (miseria). Su razón no está más
dañada, eligiendo la una o la otra, puesto que es necesario elegir. He aquí un
punto vacío. ¿Pero su bienaventuranza? Vamos a pesar la ganancia y la pérdida,
eligiendo cruz (de cara o cruz) para el hecho de que Dios existe. Estimemos
estos dos casos: si usted gana, usted gana todo; si usted pierde, usted no
pierde nada. Apueste usted que Él existe, sin titubear.
- Si el dios cristiano existe y creemos en él, vamos al cielo.
- Si el dios cristiano no existe y creemos en él, no perdemos nada.
- Si el dios cristiano existe y no creemos en él, vamos al infierno.
- Si el dios cristiano no existe y creemos en él, no perdemos nada.
Con esa lógica, Pascal asume que
lo correcto es creer en el dios cristiano. Cabe resaltar que este texto se da
en la forma de un diálogo imaginario entre un profesor (él) y su alumno
incrédulo, tratando de convencerlo de la conveniencia de la fe en dicho dios.
CONSIDERACIONES ACERCA DE LA APUESTA DE PASCAL
Como se puede ver, la apuesta
señalada es bastante simple. Sin embargo, cabe resaltar algunas cosas antes de
proceder a su respectivo análisis y refutación. Hay algunas características de
la misma que deben quedar en claro primero:
- La apuesta expone el caso de una deidad postulable independientemente y sin relación vertical. ¿Qué quiere decir esto? Que se habla de dioses creadores primigenios. El ejemplo es el dios cristiano, que se asume un dios ontológico (es decir, que incluye el todo y la nada). La Apuesta de Pascal no sería apropiada para referirnos a dioses hijos de X deidades, dado que para ello primero tendríamos que calcular la probabilidad de la deidad padre, y multiplicarlo por la probabilidad de la deidad hija, tantas como hubiera. Y, como es evidente, esto no forma parte del cuerpo de la apuesta. Por ende, la conclusión lógica es que esta solo permite el cálculo de probabilidades de una deidad sin ascendientes ni descendientes. Es decir, deidades primarias. Por ende, es inválido todo análisis y refutación, a esta apuesta o sus refutaciones, basada en la posibilidad de que, para el caso de una deidad postulada, puedan existir más dioses en el futuro o hayan existido más dioses en el pasado, en la forma de familiares o creaciones, y que con ello se pretenda probar la existencia de dicha deidad. Aludir a ello sería cometer una falacia de pez rojo (desvío de tema), de hombre de paja (caricaturización de la premisa), y de petición de principio (por ejemplo, decir que, dado que hay argumentos de X deidad, o se afirman probabilidades de X deidad, la deidad padre queda validada o siquiera es más probable; cuando es la existencia de la deidad padre la que primero debe quedar probada más allá de toda duda, antes de postular la existencia y probabilidad de cualquier deidad hija).
- La apuesta presupone el uso de “casos de deidad”, es decir, cada dios se toma como uno independientemente de su naturaleza interna. Por ende, sería igual de probable un dios individual (como Zeus o los demás dioses olímpicos) que uno cuya naturaleza incluya más dioses dentro de sí. De hecho, la existencia de “dioses múltiples”, no aportaría mayor probabilidad positiva, sino todo lo contrario, pues la dificultad de cada caso de deidad se multiplicaría con cada “dios interior” incluído, si se tomara esto como válido. Por ende, aludir a una posible deidad que incluya todas las demás deidades no mejora la probabilidad de la misma, ni tiene el poder de incluir todos los posibles casos de deidad. Simplemente pasa a ser un caso más, añadido al cúmulo de casos disponibles, muy a pesar de lo que pueda decir su definición; y peor aún, haría que la probabilidad de dicha deidad tuviera que multiplicarse hacia abajo. Es por eso que Pascal le apuesta al dios cristiano como una sola entidad, en lugar de apostarle por separado al dios padre, hijo y espíritu santo. Lo mismo aplicaría para la trimurti hindú, por ejemplo. En este sentido, aludir a la naturaleza de dicha deidad para pretender atacar este argumento o sus refutaciones, constituye una falacia de pez rojo (desvío de tema) y de error categorial (confundir la categoría “naturaleza” con la categoría “caso particular”).
CONTRAPROPUESTA: LA APUESTA DE SMITH
Una forma de responde a esta
apuesta es la que nos presenta George Smith. La denominada “Apuesta de Smith”
se basa en el análisis a la que nos propone Pascal, y tiene la forma siguiente:
- Dios no existe: En ese caso, los ateos están en lo correcto.
- Dios es un ser impersonal: El dios creador sería, o bien un dios deísta, y por ende que haya creado el universo y luego lo haya dejado a su suerte (con lo cual no tendría interés alguno en los humanos); o un dios sin características personales, por lo cual sería una fuerza ciega o cuasiciega de la existencia, como el Tao, por lo que igualmente no se preocuparía por nosotros. En este caso, lo que hagan creyentes o ateos da lo mismo.
- Dios existe y es moralmente elevado: En este caso, Dios no castigaría a quienes cometan errores de conciencia honestos. El ateo, por ende, estaría en una posición intelectualmente honesta por el uso de su raciocinio, y no tendría sentido concluir que un dios así castigaría al no creyente.
- Dios existe y es el dios de los cristianos: Este dios castigaría a quienes no crean en él, por más que la duda sea consecuencia de una aplicación directa de la lógica y la razón. No importa la vida de las personas, lo que importa es creer. No importa que el motivo de la creencia sea el miedo al infierno o el deseo de un premio en el más allá. Este dios sería traicionero y solo vería por su propio gusto y deseo, siendo así que los cristianos no estarían en mejor posición que los ateos: Totalmente a merced de una autárquica voluntad. Bien podría mandarlos al infierno sólo por diversión.
En este caso, no voy a defender
la apuesta de Smith, solo señalaré que los puntos que expone son válidos,
aunque no directamente una refutación a las premisas, sí expone puntos
alternativos a ser considerados. Mi proceder será el siguiente: Primero,
expondré los errores y falencias de la Apuesta de Pascal. Segundo, expondré mi
propia apuesta, considerando los puntos reales a ser tomados en cuenta, en
concordancia con la Apuesta de Pascal, a la cual denominaré la “Apuesta de
Mendoza”.
ERRORES Y FALENCIAS EN LA APUESTA DE PASCAL
Ahora, veamos las fallas de la
propuesta creyente, para saber a qué nos enfrentamos:
- Se asume que la dicotomía dios cristiano-nada es válida, omitiendo considerar las demás deidades en el panteón humano. Aunque la apuesta solo funcione con deidades primigenias, existe una cantidad infinita de deidades postulables que puedan cumplir ese rol. Por lo tanto, esto constituye una falacia de falsa dicotomía (por reducir la decisión a solo 2 posibilidades), una falacia ad hoc (postulado construido especialmente para que encaje en este caso, y no mediante un criterio imparcial de honestidad intelectual), y una petición de principio (asume sin base que es válido postular al dios cristiano para esta apuesta, cosa que primero debería demostrar).
- Se asume como válida de dicotomía cielo-infierno o salvación-condena. De nuevo, caemos en una falsa dicotomía (pues no se considera cosas como el limbo, el Cocito de Dante, o que simplemente no haya nada de eso), y de afirmación gratuita (ambos son afirmados sin pruebas a su favor).
- Se asume que con la mera creencia uno está capacitado para entrar en el cielo y ser partícipe de la salvación eterna, lo cual a su vez asume que el dios cristiano valora la sumisión a su poder que el uso de la razón, la honestidad intelectual y la existencia de una vida proba, pero incrédula. Incluso en la misma Biblia se dice que la fe sin actos está muerta, por lo que esta suposición es errónea, tanto porque el creyente asume la fe como una gracia, porque se iguala la mera creencia convenida con la fe de corazón, como porque con ello no se garantiza una vida proba y de virtud, sea bajo los estándares que sean. Es por esto que la típica objeción creyente, de que el ateo no puede juzgar moralmente nada si no cree en su dios, cae en el absurdo. Da igual que se crea o no, o en qué se crea, la mera creencia no es garantía de nada. Creer lo contrario es una falacia de non sequitur. Muy aparte de que la afirmación hecha sobre el ateo es una afirmación gratuita, y de que la capacidad del juicio moral no es el tema de la apuesta, por lo que tomar esto como refutación sería caer en una falacia de error categorial (por confundir la categoría “seguridad de probidad” con la de “capacidad de juicio moral”). Y finalmente, se asume con esto que el creyente conoce con total y absoluta certeza los pensamientos, sentimientos, decisiones y demás de un ser omnipotente, omnisciente y omnipresente, cosa que no se sostiene por ningún lado.
- Se asume que solo existe un dios, cuando podrían ser varios dioses. En este caso, no solo se trata de que no sea el dios cristiano, sino que se está asumiendo el monoteísmo de antemano, sin prueba alguna. De nuevo, estaríamos cayendo en una serie de falacias ya mencionadas: Petición de principio (se presupone el monoteísmo y por ello se da por válido al dios cristiano, cuando el monoteísmo es algo que debe probarse de antemano), y falsa dicotomía (monoteísmo o nada, sin prueba alguna).
- Se asume que, de no existir el dios cristiano, no habría algo después de la muerte. De nuevo, nos encontramos frente a una falacia de afirmación gratuita, falsa dicotomía (vida postmortem con dios-nada sin dios), petición de principio (se asume que la vida de ultratumba solo sería posible si existiera su dios, o al menos un dios, cosa que debe probarse antes de postularse). Bien podría uno pensar en un modelo deísta donde el alma humana persista o reencarne, sin necesidad de una deidad que controle o cree dicho proceso.
- Se asume que, de no existir el dios cristiano, y actuar como si se tuviera fe, no se está perdiendo nada, cosa que es un grave error. Creer en el dios cristiano incluye vivir más o menos acorde con una cosmovisión asentada y aceptada, que puede incluir elementos de fanatismo, discriminación, o simple ignorancia, que pueden evitarse al no aceptar la misma. Es totalmente diferente la vida de un creyente y la de un no creyente, por cuanto su fundamento de vida es totalmente diferente, y si bien ambos son humanos y básicamente tienen el mismo sentido ético-moral en general debido a muchas cosas que no son el tema aquí (como los Universales de Brown, y las pruebas de que la moral es biológica y evolucionada), al final hay cosas que los diferencian y que pueden ser claves en su desenvolvimiento social y relaciones humanas.
- Se asume que se puede usar válidamente la probabilidad estadística para hablar de lo no físico/inmaterial/sobrenatural. Esta presuposición sin base es tal vez la más curiosa, pues Pascal no solo era un creyente, sino un matemático respetado. Parece que realmente su fe lo superó al postular su apuesta, ya que en realidad la estadística solo nos habla de sucesos físicos/materiales/naturales asentados en el tiempo. Por lo mismo, lo no físico/inmaterial/sobrenatural no puede ser abarcado por esta ciencia y sus técnicas, haciendo que la apuesta propuesta no pase de una afirmación gratuita sin mayor valor. Refutar esto mencionando que Pascal era un gran matemático y uno no está a la altura para criticarlo, es una simple falacia ad verecundiam, pues su pericia en matemática no lo hace experto en el ámbito de lo no físico/inmaterial/sobrenatural, además que no lo exime de cometer errores burdos con base en su fe.
Por todo esto y más, la Apuesta
de Pascal no tiene mayor sustento, por lo cual es menester mostrar el verdadero
sentido y probabilidad de la existencia de una deidad. Así, podemos pasar a
nuestra última apuesta.
Atendiendo a las fallas, errores
y falacias encontradas en la Apuesta de Pascal, es posible formular una apuesta
que nos diga realmente el sitio de los dioses. Para empezar, el total de
probabilidades se divide en dos: Existen los dioses, o no existen. Cada una
tiene 50% de probabilidad. Así, podemos asignar la probabilidad inicial a la
variable P de la siguiente manera:
P(x) = 0.5
Luego de ello, si se sostiene la
existencia de los dioses, se trataría de la categoría de deidades personales o
no personales. Cada una tiene la mitad de la probabilidad restante, es decir,
0.25. Así, asignamos a la variable T (tipo de deidad) el valor correspondiente
de la siguiente manera:
P(x) = 0.5 * T = 0.5 * 0.5
Luego, debemos considerar cada
caso de deidad postulable. Dado la que cantidad de deidades en este caso es
infinita, y cada una requiere su tajada de probabilidad, es necesario dividir
la probabilidad entre infinito, por lo que podemos actualizar nuestra fórmula con
la variable C (cantidad postulable de deidades) de la siguiente manera:
P(x) = [ (0.5 * T) / C ] = [ 0.25 / ∞ ]
Hasta este punto, y por
matemática básica, sabremos que el asunto está finiquitado, pues todo número
dividido entre infinito, da cero como resultado. Así, la probabilidad de
existencia de un dios específico sería:
P(x) = 0
Pero si no nos detenemos allí, podríamos incluso hablar de la probabilidad de existencia de más de un dios. En este caso, la operación toma forma de potenciación, al multiplicar una N cantidad de veces, siendo 1<=N<=C. Así, podemos usar la variable N (cantidad de deidades afirmadas) y actualizar nuestra ecuación de la siguiente manera:
P(x) = [ (0.5 * T) / C ] ^ N
Así, en caso de postular una
deidad (por ejemplo, el dios cristiano), la fórmula de probabilidad sería:
P(x) = [ (0.5 * 0.5) / ∞ ] ^ 1
P(x) = [ (0.25) / ∞ ] ^ 1
P(x) = [ 0 ] ^ 1
P(x) = 0
En caso se postularan muchos dioses a
la vez, por ejemplo 4, la formula sería:
P(x) = [ (0.5 * 0.5) / ∞ ] ^ 4
P(x) = [ (0.25) / ∞ ] ^ 4
P(x) = [ 0 ] ^ 4
P(x) = 0
En caso se postularan infinitos dioses
a la vez, nada cambiaría:
P(x) = [ (0.5 * 0.5) / ∞ ] ^ ∞
P(x) = [ (0.25) / ∞ ] ^ ∞
P(x) = [ 0 ] ^ ∞
P(x) = 0
P(x) = 0
Como se ve, da igual la cantidad
de dioses que se postulen, las cuentas son claras: La probabilidad de que
exista un dios propuesto, aceptando que la estadística es pertinente en estos
asuntos, resulta siendo cero.
Cabe resaltar que esta fórmula no
es aplicable al caso de lo divino impersonal, dado que solo lo personal es
cuantificable y numerable. Lo impersonal, al carecer de corporalidad y
numerabilidad, no permite hablar de multitud de dioses, lo cual hace que
conserve su parte de probabilidad intacta: 0.25, es decir, 25%.
OBJECIONES Y RESPUESTAS
Ante lo presente, el creyente
puede elegir atacar la probabilidad presentada de diferentes maneras, unas más
inteligentes que otras. Veamos algunas de las objeciones que un creyente haría
a mi apuesta, y por qué sería una objeción errónea e inválida:
No eres mejor que Pascal, no te comparas con él. ¿Acaso tienes su mismo
nivel? No verdad. En ese caso, prefiero creerle a Pascal que a ti.
R/: Este es el típico ad hominem,
y por ende una falacia, ergo algo inválido.
No tienes forma de probar que existen más deidades que el dios
cristiano. Así, en el mejor de los casos, estamos en la misma posición; y en el
peor de ellos, estás asumiendo cosas gratuitamente, por lo que tu postura es
inválida y mi dios, así como la Apuesta de Pascal, siguen con plena validez.
R/: Esta es una falacia de invertir
la carga de la prueba. Es el creyente el que tiene la responsabilidad de
demostrar por qué solo su dios podría ir en una apuesta de ese tipo. Pero eso
sería olvidar que las demostraciones de ese tipo salen del ámbito de la Apuesta
de Pascal. Así, aunque tuviera demostraciones para ello, no podría usarlas sin
caer en una falacia de error categorial, y por ende perder de antemano. Por
ende, es imposible para el creyente objetar de forma alguna la inclusión de
cualesquiera otras deidades en el juego de probabilidades. Por todo esto, no
hay presuposición alguna por parte del ateo, sino incapacidad argumental por
parte del creyente.
La Apuesta de Pascal habla sobre el dios cristiano, meter otros dioses
se escapa de la apuesta, por lo que al hacerlo tu proceder es falaz.
R/: El problema allí es que, de
hecho, no hay ninguna razón para circunscribir el juego de probabilidades solo
al dios cristiano, por lo que hacerlo es una falacia ad hoc y sin base alguna.
De nuevo, sigue sin haber error ni falacia por parte del ateo.
Las demás deidades son solo dioses falsos, solo el dios cristiano es el
verdadero, eso lo dice la Biblia.
R/: Lo que diga la Biblia es
irrelevante. Eso es una simple falacia ad verecundiam. Además, decir que las demás
deidades son dioses falsos es una falacia de afirmación gratuita, hasta prueba
suficiente de ello. E incluso podría hablarse de la falacia de conclusión
desmesurada (prooving too much), pues la misma lógica usada para descartar
otras deidades puede ser usada para descartar la deidad del que dice esto, con
las distancias y diferencias del caso.
La existencia de Jesús, su vida y milagros, es prueba de su divinidad,
y ello prueba la existencia de su padre, el dios supremo.
R/: Esto va en directa violación
a la primera consideración mencionada sobre la Apuesta de Pascal, por lo cual
de antemano es una propuesta inválida y falaz.
Solo haces esto para no admitir tus pecados internos, ateo blasfemo. Yo
siento a Jesús en mi corazón. ¡Alabado sea!
R/: Esto es un simple sofisma
patético combinado con ad hominem. Totalmente descartable.
No puedes hablar de dios sin haberlo experimentado, o como mínimo,
haber escrutado todo el universo para saber que no existe. Mientras tanto, el
cristianismo queda incólume como la posición por defecto.
R/: Grave error. Lo primero es un
sofisma patético. Lo segundo es una falacia de inversión de la carga de la
prueba, la cual olvida que la existencia de probatio diabólica elimina la carga
de prueba para quien la posea, siempre y cuando no se trate de quien tiene la
carga de prueba por default y necesidad. En este caso, estas dos
características recaen sobre el creyente, quien tiene que probar la existencia
de su dios para que ello sea creído. No se le puede aplicar probatio diabólica
a su posición, porque ello implicaría tener que creerle de antemano y porque
sí. Como esto no es lógico ni plausible, la carga permanece en él, y de no
poder asumirla, su postura se descarta como inválida con todo derecho. Las afirmaciones
gratuitas jamás pueden ser consideradas posiciones por defecto.
Puedo postular el caso de una deidad que incluya todos los casos de
deidades de la apuesta / una deidad que excluya la existencia de los demás
casos de deidades de la apuesta, lo que daría un total de 50% // 50%, por lo que
seguiría siendo mejor creer.
R/: Esto va en directa violación
a la segunda consideración mencionada sobre la Apuesta de Pascal, por lo cual
de antemano es una propuesta inválida y falaz. El formular una hipótesis ad hoc
no significa que esta sea válida. Solo significa que alguien es capaz de
emitirla. Los deseos particulares no es lo mismo que los hechos, ni siquiera
que las propuestas lógicas y racionales. Como bien se fundamentó, todos los
casos de deidades, sea cual sea su naturaleza, simplemente pasan a engrosar la
lista de casos de deidades. La Apuesta de Pascal no está estructurada para
permitir hablar de la naturaleza del dios referido, por lo cual la Apuesta de
Mendoza respeta ese principio y lo toma como irrelevante. Por ende, hablar de
ello resulta en un proceder falaz ya tipificado, además de ser una falacia de
afirmación gratuita sostener que el dios que ese creyente postula puede tener
ese efecto en la apuesta.
Puedo postular el caso de una deidad que excluya la posibilidad de no
existencia de deidades, lo que daría un total de 100% de probabilidad de la
misma, por lo que lo mejor sería creer en ella.
R/: Al igual que lo anterior,
esto es una simple falacia de afirmación gratuita, y es propio de la
imaginación del creyente, que desconoce el funcionamiento tanto de la Apuesta
de Pascal, como también pretende imponer su imaginación a un análisis lógico. Y
esto no es una refutación, sino un absurdo. Y como bien se sabe, del absurdo
puede derivarse cualquier cosa, pero ninguna de ellas será válida. Esto se
conoce como “Principio de Explosión”.
La suma de probabilidades no da 100% si la probabilidad de deidades da
0%. Tu fórmula está mal.
R/: Esta objeción es producto de
un mal razonamiento. Para empezar, la suma de probabilidades da 100% si, en el
caso de las deidades personales, las variables C y N valen 1, o si al menos la
variable C tiene un valor distinto a infinito. El asunto es que llegar a esto
implicaría incluir argumentos extra-apuesta para acotar el valor de dichas
variables. Si bien esto puede hacerse, no puede incluirse en la apuesta, debido
a que la misma Apuesta de Pascal no está estructurada para admitir estos argumentos,
ya que es una simple deducción estadística, no semántica. Por ende, el problema
no está en la Apuesta de Mendoza, sino en la misma Apuesta de Pascal, de la que
toma la idea de realizar una simple deducción estadística. Aunque tuvieran
todas las pruebas para demostrar a su dios, los cristianos, al incluirlas en dicha
apuesta, estarían procediendo falazmente, y llamando Apuesta de Pascal a algo
que realmente no lo es.
Aún si se admitiera la
modificación de dicha apuesta para admitir el acotamiento del valor de las
variables, esto no afectaría en nada la Apuesta de Mendoza, dado que la misma,
si bien sigue la estructura de la Apuesta de Pascal, es inmune a sus errores.
La estructura es clara en señalar la probabilidad con variables en vez de
constantes, por lo cual C y N pueden alcanzar un valor donde efectivamente la
fórmula dé como resultado 0.25 como la máxima probabilidad favorable. Esto es,
cuando ambas variables valen 1 (idealmente) o al menos C es menor a infinito. Como
este caso teórico existe, la fórmula continúa siendo válida. El que en la
práctica la probabilidad de cada deidad caiga a cero, es cosa aparte.
Por otro lado, el hecho de que la
variable C pueda tener el valor de infinito, no es un problema de la fórmula,
sino de la creencia en deidades: Cualquier cantidad de dioses puede ser
postulado, sin límite. En buena cuenta, una cantidad infinita de dioses no
debería siquiera ser considerada. Pero la realidad es que esto sucede, pues no
hay límite real alguno para la cantidad de deidades postulables. Además, la
variable C no tiene limitación espacio-temporal alguna, por lo que incluye a
todas las deidades habidas y por haber en la historia de todos los seres
inteligentes del cosmos.
La baja probabilidad de algo no
implica la imposibilidad de algo, ciertamente. Por ejemplo, el nacimiento de un
humano implica la probabilidad de que un espermatozoide específico fertilice a
un óvulo. Esa probabilidad es de 1/4000 millones. La probabilidad de que lo
hagan 2 espermatozoides (gemelos monocigóticos) es menor aún. Pero sucede a menudo.
Pero la probabilidad de que exista el dios que uno específicamente está
afirmando, ciertamente es cero. Eso no indica que haya modificación alguna a la
probabilidad general de deidades personales (pues todo el pool de casos de
deidad sigue conservando la probabilidad dada), simplemente habla de la
probabilidad del creyente de acertar al elegir a su dios existente. Por ende,
esta no es una objeción válida.
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